lunes, marzo 21, 2005

Pastora actuaron ante un teatro medio vacío, pero supieron levantar la actuación. No es que me gustase -no me gustó nada-, pero acabaron cayéndome bien, que ya es bastante con lo poco que valoro su música.
Tras el concierto, comencé mi sesión en una carpa vacía, con pocas esperanzas de llenarla. Sin embargo, la cosa acabó en fiestón y me divertí mucho pinchando absolutamente de todo. Baste decir que puse enteritos los nueve minutos del Yeah de LCD Soundsystem, e inmediatamente a continuación el Libertad sin ira de Jarcha, que la audiencia coreó con el puño en alto. A quien le parezca esquizofrénico o exagerado el salto de un tema a otro, es porque no estuvo allí. Tenía todo el sentido del mundo.
Caïm Riba se apuntó el nombre de LCD Soundsystem en su móvil, ténganlo en cuenta si notamos la influencia en su próximo disco (más les vale).

lunes, marzo 14, 2005

Estoy amodorrado en el sofá. Aquí Hay Tomate se ha acabado ya, escuchamos con los ojos cerrados a los tontos de GH Vip. Suena el teléfono:
- Hi, Joan?
- Yes, who's asking?
- It's Martin Rev, from New York.

Todavía no me he repuesto del susto.
Septiembre está a la vuelta de la esquina, y la cosa pinta pero que muy bien.

Día 11 - Cádiz

Madrugón para coger un tren que casi perdemos. Antes tenemos que ir al banco para enviar dinero a Tucson, y llegamos a Atocha por los pelos, estafados por un taxista que apaga el taxímetro y nos hace un presupuesto a ojo. Qué diferencia con aquél tan majo de Barcelona, aunque nos hiciera perder el tren.
Llegamos a tiempo, y en el tren charlamos y dormimos. Varias veces cada acción, son cinco horas y pico.
Dejamos las cosas en el hotel de Cádiz, y salimos a la plaza a tomar un café. Allí vemos a un joven inglés que se parece a Howe de joven. Al poco, se nos acerca y acaba sentándose con nosotros: ha venido especialmente desde Londres para ver el concierto (bueno, y para ver a una chica a la que conoció este verano).
En la recepción del hotel hay revistas con Vacabou en la portada: es la agenda de ocio de esta zona (de Cádiz a Sanlúcar).
Mientras Howe duerme la siesta, escribo mi artículo del periódico y voy al recinto universitario donde se celebrará el concierto. Doy las indicaciones oportunas de situación de escenario, monitores, etc, y subo a la oficina de Salvador Catalán, organizador del concierto, para enviar el artículo, bajar el correo y hacer mi conexión radiofónica semanal.
Se ha pasado toda la tarde lloviendo, pero aun así superamos las cien personas. Me perdonaréis que no haga demasiadas menciones al concierto en sí, pero a estas alturas ya confundo los días y las versiones. A la gente le gustó, claro. Al final vendí más de treinta discos.
Al acabar, vamos a tomar un fino con Salvador, con Vidal Romero y con Pablo Vinuesa (querías salir aquí, pues ya está hecho). Tratamos de transmitir a Howe el amor por Chiquito de la Calzada: el Ornette Coleman del humor, en la finísima definición de Salvador. Los pocos que se quejan del sentido del humor de Howe lo van a pasar mal en la próxima gira...
Esta tiene que ser la última noche, así que decidimos apurarla. Cuando se acaban los bares interesantes o se va a dormir la gente que nos cae bien, acabamos en la habitación de Howe, escuchando el murmullo del botellón en la plaza.

Día 12 - Córdoba

Pasamos la mañana en Cádiz, disfrutando del buen tiempo y del pequeño tamaño del centro de la ciudad. En un par de horas nos da tiempo a comprar libros de ocasión, tomarnos un refresco en al parque junto al mar, revisar el correo, despedirnos de Salvador, ir a la oficina de Correos y pensar que, otra vez, vamos a perder el tren de las cuatro. Para nada. Tras un sprint a cámara lenta (ni siquiera corríamos, a pesar de que perder ese tren significaba cancelar el concierto de Córdoba: algo en nuestro subconsciente nos pedía quedarnos un rato más en Cádiz), llegamos a la estación siete minutos antes de las cuatro, para darnos cuenta de que el tren salía a las cuatro y veinticinco. Dada la facilidad que tuvimos para llegar sobrados de tiempo, decidimos coger un taxi e ir a tomar una cerveza junto al mar. De repente, faltan diez minutos para que salga el tren y aún estamos sentados en la terraza... Corremos hacia la parada de taxis y nos subimos a uno. El taxista, implicadísimo, se mete por una calle en dirección contraria para llegar antes. Finalmente, llegamos a la estación siete minutos antes de la salida del tren. Enseñanza: en Cádiz todo está muy cerca.
Al llegar a Córdoba esperamos a Mamen en la estación, dejamos las cosas de Howe en el hotel y nos vamos hacia La Mode. Jonston ya está allí, ha llegado al mediodía. También están allí Rui y Ricardo, dos chicos muy majos de Portugal que han ido expresamente para ver el concierto.
Jonston y yo tocamos por fin el set entero, ante un público formado por yonquis y/o zombies: no reaccionan con nosotros, pero es que tampoco reaccionaron con Howe. Y eso que el concierto de Howe es buenísimo, perfecto para el final de gira (o para el principio, si seguimos con la broma de que la gira es en rewind). La versión de Stuck es la mejor de la gira, y por fin consigo que toque Jason otra vez. Aunque parece que ha gustado mucho, nadie pide un bis. Mala suerte, porque Howe pretendía subirme al escenario a tocar en la versión de Johnny Cash.
Tras el concierto, vamos todos al Automático, el bar de Fernando y Manolo de Flow (dueños también de La Mode) en el centro de Córdoba. ¿Dije que la de Cádiz tenía que ser la última noche? Cuando Howe se va, sólo le quedan unas tres horas para dormir antes de coger el tren hacia Sevilla y volar hacia Italia.
La despedida es triste, pero como dice nuestro hombre, cuando has estado mucho tiempo de gira aprendes a despedirte sin demasiado drama. Y nos quedan los teléfonos móviles: desde ese momento y hasta hace cinco minutos, decenas de SMS viajan por las ondas cada día.

Día 13 - Córdoba-Madrid

Cuando nos levantamos al mediodía, en casa de Fernando no hay electricidad (no la había por la noche, pero pensábamos que era torpeza nuestra). Jonston se va a tocar a Linares, Howe se ha ido a Italia, y yo pincho en el Automático.
Mamen y yo pasamos la tarde paseando por la ciudad. Nos reunimos con Fernando, cenamos y vamos al bar. Pincho con los discos del bar, pero nos divertimos mucho. Por la mañana empiezan a llegar los SMS: Linares vibró con el folk; A sweet crowd, but I wish I was there...
Al llegar a Madrid por la noche del domingo, dejamos las maletas y salimos inmediatamente para ver a Julie Doiron en Siroco. Cuando llegamos, Berg Sans Nipple están alucinando a todo el mundo con sus construcciones geométricas y su electrónica orgánica. Jesús Llorente me presenta a Julie, justo cuando me llega un SMS de Howe. Se mandan abrazos mutuamente a través de mi celular, y Julie sale a tocar. Un concierto estremecedor, a pesar de que era imposible verla debido al lleno y a las características del local. Pero bastaba con escuchar su voz. Hacia el final del concierto, Julie me echa un cable diciendo que en mayo vienen Herman Düne y que todo el mundo debería ir a verlos. Eso digo yo.
Las ladyfesters le dan una chapa y le hacen una foto, nos despedimos de ella, de Jesús y de Noemí, y a casa. A descansar.

jueves, marzo 10, 2005

Día 10 - Madrid

Nos levantamos tarde, pero con fuerzas, a pesar de haber trasnochado tanto con Brigitte en el salón la noche anterior. Chequeamos y contestamos nuestros emails, desayunamos a la hora de comer, y salimos, esta vez sí, a la búsqueda de un hotel para esta noche.
A Howe le paran los fans en todas partes: en la oficina de Correos, cuando le están limpiando los zapatos en la Gran Vía, cuando estamos bebiendo un tequila en la Catrina. ¡Tampoco fue tanta gente al concierto, pues!
Hoy es un día más bien prosaico: llevamos su ropa a la lavandería, vamos a tiendas de instrumentos, visitamos varios hoteles para asegurarnos de que la relación calidad-precio es la más adecuada.
Cenamos en la Catrina y acabamos en la Vía Láctea, con Ainara Legardón y Ana de Orlando. Hoy Howe ha seguido perfeccionando sus dotes de comediante y entertainer de gira por España: al ya conocido grito de ¡quiero una Estrella! ¡Damm!, ha unido hoy su regla mnemotécnica para recordar en qué barrio estamos: ¡it's not your lasagna, it's MY lasagna!

miércoles, marzo 09, 2005

Día 9 - Madrid

Howe se levanta casi al mediodía y se pasa el resto de la mañana tocando la guitarra en el sofá. El concierto de la FNAC es corto pero muy bueno, con la mejor versión hasta el momento de Johnny and Jude (donde fusiona Ring of Fire de Johnny Cash y Hey Jude de los Beatles).
La prueba de sonido en Moby Dick se complica, y acabamos con prisas: Jonston sólo podemos tocar cuatro canciones antes de dejar paso a Howe, que se gana al público diciendo, entre otras perlas, un poquito de por favor.
El final es fantástico: hace que pongan la bola de espejos mientras el público canta el estribillo de Hey Jude, y desaparece tocando con su inalámbrico hacia el camerino. Al final, la bola está girando, el público está cantando, y Howe hace un rato que se ha ido. Vendemos pocos discos, pero han venido casi doscientas personas, todo un récord para un martes por la noche.
A la salida, vamos a varios hoteles (Howe quiere una habitación más grande que la que le podemos ofrecer en casa), pero tras tres intentos fallidos volvemos a casa. Comemos pasta y nos fumamos otro cigarrillo de la risa mientras vemos videos de Brigitte Bardot.

martes, marzo 08, 2005

Día 8 - Valencia-Madrid

Dormimos hasta que nos echan del hotel. Hay que apurar el lujo y el día libre, que luego vuelven los días sin dormir, los madrugones y las habitaciones estrechas.
Comemos en el tren mientras nos contamos historias que luego valoramos (las buenas tienen cinco estrellas, las malas son una Texas Story, a Lone Star Story).
Llegamos a casa a media tarde, salimos a tomar unas cañas (al Mini-Bar, al Alivio) y volvemos a casa. Nos fumamos dos porros de maría, y a dormir.
Esta mañana hay mucho trabajo por hacer, y la tarde-noche va a ser movida, con dos conciertos seguidos (en la FNAC y en el Moby Dick).

lunes, marzo 07, 2005

Día 5 - Zaragoza

Llegamos a Zaragoza sin casi dormir (Howe, una hora; yo, dos), atravesando bellísimos terrenos nevados. Qué bien no haber ido en coche. Allí nos esperan Pedro Vizcaíno de Grabaciones en el Mar, organizador del concierto. Como teloneros están La Búsqueda, que en la prueba están geniales. No conseguimos llegar a tiempo para su concierto, pero acabamos la noche con ellos, tras un concierto de Howe que comienza luchando contra un público ruidoso y un escenario hostil, pero acaba triunfando. Con poco más de cien personas, es el concierto menos rentable y con menos gente de la gira.

Día 6 - Barcelona

Al llegar a Barcelona, el hotel que nos han reservado resulta ser una pensión. Nos vamos por donde hemos venido, y por casualidad acabamos en la Bodega Saltó del Poble Sec. En la mesa de al lado hay un tío que se parece a Pau Riba, y que resulta ser Ovidi de La Fura dels Baus. El dueño del bar está leyendo el periódico, y mientras yo hablo por teléfono para reclamar un nuevo hotel, se acerca a Howe y le pregunta: Are you Howe Gelb? La foto de Howe está destacada en la agenda de El País. Acabamos brindando con la clientela del bar, al final vendrán algunos de ellos al concierto.
En la prueba, el piano tampoco es el que pedimos, y hay que cambiarlo. A pesar de estos contratiempos, la organización (Coco, Luis e Ignacio de Ruta 66) se muestra amabilísima y con ganas de que todo salga perfectamente, como así acaba siendo.
Howe da un concierto buenísimo: después de cenar opíparamente en el restaurante Amaya de las Ramblas, llegamos a la sala con el tiempo justo. Howe decide poner una vez más el disco de Madeleine Peyroux (la banda sonora de esta gira: siempre que escuche este disco recordaré estos días), y sale a presentarlo al escenario con espuma de afeitar aún visible en su cara. Cuando se acaba la primera canción del disco de Madeleine, vuelve a salir a presentar la siguiente mientras se sube la cremallera. El concierto en sí es fantástico, la versión de Shiver comienza con siete minutos de improvisación, manteniendo los acordes y la estructura pero con una letra inventada on the spot. Al final vendemos más de cincuenta discos.
La noche acaba en la misma Plaza Real, en el reservado de una especie de club privado en un primer piso (y no es la Penya Central, uno de mis lugares preferidos de Barcelona), rodeados de gente encocada, simpática pero a años luz de nuestro ritmo actual.

Día 7 - Valencia

Al salir del hotel en Barcelona, nos encontramos con que hay una maratón que pasa por las Ramblas. Perdemos el tren. Llegamos a Valencia sólo un poco más tarde. Nos recoge Juan Enrique de Tranquilo Niebla y nos lleva al hotel Holiday Inn Valencia, un lujazo de hotel, donde estamos ahora. Lu-ja-zo.
Mientras Howe duerme, voy al Black Note a supervisar la colocación de los instrumentos, micros y monitores en el escenario. Al mismo tiempo, compro la nueva guitarra de Jonston (una Eko), con la ayuda de Jesús Polar y Luis Siwel, que me ayudan a probarla.
El concierto de esta noche está dedicado a Miguel Angel García, un amigo de los Tranquilo, fan de Giant Sand, que murió en accidente de coche, dejando a su mujer embarazada. Howe dedica Moon River a su mujer, y aprovecha uno de los bises para recordar al difunto y de paso recordar a Rainer, a quien ha tenido en mente desde que le contamos esta historia. Es una noche triste, y muy emocionante.
El concierto comienza con los singles, uno detrás de otro: Classico, NYC of time, Shiver... Por momentos, pensaba que se le iban a acabar las ideas, o que iba a dar un concierto muy cortito. Para nada: vuelve a tocar Stuck (la historia de su noche en la carretera con Pappy -de Pappy & Harriet's- y sus hijos), Loving Cup y otros favoritos de toda la vida.
Después de cenar (muy bien, otra vez), estamos un rato en mi habitación, conectados a internet, y llamamos a Gotzon, que me pide que actualice este diario. ¡Pues aquí lo tienes, Godzilla!

viernes, marzo 04, 2005

Día 4 - Bilbao

¡Ruper, te necesito! Howe ha roto una cuerda de su única guitarra, pero afortunadamente tiene un piano a mano, y yo tengo al lado a Ruper Ordorika. Corremos hacia el camerino y Ruper cambia la cuerda justo a tiempo para que el concierto no pierda ritmo.
Antes, el concierto de Anari acaba con Howe tocando el piano con ella, con un crescendo final que pone la piel de gallina. El concierto de Howe comienza también al piano, con dos excelentes versiones de Over the rainbow y de nuevo Moon river. Al final, se mete al público en el bolsillo haciendo subir a tocar y cantar con él a tres generaciones de la música vasca: Ruper, Anari y Gaizka de Audience.
Tras el concierto, Josetxo Anitua mantiene la intensidad con una sesión muy divertida que mezcla a Manu Chao y Janis Joplin con Kortatu, raggamuffin y trikitixa, mucha trikitixa. Howe se ha enamorado de Euskadi, como no le quedaba más remedio, y Euskadi se ha enamorado de Howe.
Así que casi no hemos dormido. Estamos en Zaragoza, y hoy toca compartir habitación.

jueves, marzo 03, 2005

Día 3 - Palma-Bilbao

Aún sorprendidos por la puntualidad germánica, llegamos a Bilbao a la hora prevista. Gotzon nos espera en el aeropuerto y nos lleva a la estación a comprar los billetes de tren para Zaragoza, a comprar un cargador para el mini-disc de Howe y a tomar el primer zurito de una lista que se presume larga. Rober Rhumba me llama por teléfono, pero se reserva para el concierto del día siguiente.
Paso la tarde en la oficina del Kafe Antzokia, donde son tan amables de proporcionarme un cable de red y una dirección IP. Así, puedo escribir el guión de mi colaboración semanal en el magazine de las tardes de IB3 y mandarlo a tiempo por em-mail. Bendito e-mail y benditos ordenadores portátiles, menudos inventos.
Vamos a cenar a Deusto, al mismo restaurante del año pasado, y nos tomamos un par de copas en el Cotton Club, un sitio que a Howe no le gusta nada (con bastante razón para ello).
Por la mañana, voy a Discos Bolan a comprar y me llevo el disco de Brassy de hace un par de años (el naranja). Tomo en el hotel el peor café con leche de mi vida. Cuando llamo a Howe para ir a comer, me canta una canción:
I've been down for so long
it feels like up to me
it's up to you...

Vamos a comer con Ruper Ordorika, que nos acompaña a la sesión de Radio Euskadi. Ahora Howe está acabando la prueba. Yo he hecho mi entrada en la radio por teléfono, he enviado mi artículo de El Mundo, he hecho mil cosas más y me dispongo a bajar a cenar. Esta noche tocamos en Bilbao, y hace una noche de perros.

miércoles, marzo 02, 2005

Día 2 - Teatre de Lloseta

Mientras yo participaba en el programa inaugural de IB3, Howe respondía a las preguntas de Nando Cruz para el periódico. Muy buena entrevista, me dijo.
El concierto comenzó frío, en todos los sentidos -en el teatro no hay calefacción, y no muy lejos se veían las montañas nevadas-, pero se fue calentando con la capacidad comunicativa de un Howe que se iba animando a medida que iba avanzando la hora en su reloj particular con hora de Arizona. Acabó haciendo cantar al público (una versión country de Hey Jude), y cerró la primera parte del set con una versión alucinada y, por supuesto, alucinante, de Summertime. Un cierre perfecto para un concierto que había empezado deconstruyendo a su personal manera otro clásico como Moon River. Luego salió a hacer una larga tanda de bises que incluyeron momentos delirantes dignos de la mejor stand up comedy o, por poner un ejemplo más cercano, de un espectáculo de Faemino y Cansado. Divertidísimo, y con canciones que valen su peso en oro. ¿Qué más se puede pedir?

martes, marzo 01, 2005

Día 1 - Madrid-Palma

Empezamos bien: Howe llega a las 8 de la mañana, con un jet lag de muerte. Yo me acosté a las 3. No tengo jet lag, pero me siento muy identificado. Nuestro vuelo tiene dos horas de retraso (que se suman a las cuatro horas que teníamos que esperar para cogerlo). Día completo en Barajas, y yo llego por los pelos en hora a mi programa de radio, después de un sprint de infarto que incluye dejar a Howe en el hotel sin pararme siquiera a comprobar que todo está ok. Afortunadamente, el concierto es de Fona, así que todo está ok, como siempre. Nos vemos por la noche para cenar, y acabamos tomando patxarán y whisky de malta hasta las tantas en un bar de cincuentones. Aún no hemos empezado y ya estamos agotados.