(Artículo publicado el viernes 28 de marzo de 2014 en la edición balear del diario El Mundo).
La belleza está en la mirada
Probablemente
les habrán visto en algún concierto o exposición, en Palma o en cualquier
rincón de la part forana donde se celebre algún evento cultural relevante y que
tenga algo que ver con el rock, la contracultura o el underground. Él, más
discreto y en un segundo plano, con su coleta canosa y sus gafas, pasando
desapercibido pero sin perder un detalle de lo que está ocurriendo a su
alrededor. Ella, en primera fila, sacando fotos a diestro y siniestro con su
cámara. Vestidos casi siempre con camisetas de grupos, escogidas con un gusto
exquisito e, indefectiblemente, varias tallas más grandes de las que serían
adecuadas a su complexión.
En Sa Pobla,
donde pasan largas temporadas desde hace muchos años, los llaman “ets suïssos”.
Sus nombres son Catherine y Nicolas Ceresole, y efectivamente son
suizos y pasan gran parte del año en Sa Pobla, donde cuentan con el cariño
incondicional de sus vecinos. Para entendernos: son de esos guiris entrañables
que aprovechan cualquier descuido para soltar alguna palabra (i més d’una flastomia!) en mallorquín.
No sé cómo será su día a día en Rolle (Suiza), donde son vecinos de Jean-Luc Godard, pero su casa en Sa
Pobla es lugar de encuentro de la crema cultural de la isla, donde una noche
cualquiera pueden coincidir por ejemplo Pascal
Comelade, Max y los miembros de Vacabou compartiendo un pa amb oli con sus anfitriones.
Esta misma
afición de recibir y de disfrutar reuniendo a diferentes personalidades creativas
la desarrollaron cuando, mucho más jóvenes pero igual de melómanos que ahora,
vivieron en Nueva York a principios de los años 80. Allí, Catherine y Nicolas
se codearon con lo más avanzado de la escena artística y musical de la Gran
Manzana, y son todavía grandes amigos de los miembros de Sonic Youth, de Suicide
o de los Beastie Boys, a quienes
conocieron cuando eran aún unos pipiolos adolescentes.
En aquellos
años, en Nueva York, Catherine ya iba con su cámara a cuestas a todas partes,
igual que podríamos verla esta noche fotografiando a Poomse en el Teatre Mar i Terra. Estuvo en los primeros conciertos
de Sonic Youth, y también en los de Birthday
Party cuando el grupo de Nick Cave
giró por los Estados Unidos. Estuvo en primera línea en los mejores años de la
escena neoyorquina que conocemos como No Wave y fotografió –siempre en blanco y
negro- a Lydia Lunch, Arto Lindsay, Glenn Branca y muchísimos otros personajes que marcaron a fuego la
huella de esa ciudad en todo el mundo en aquellos años.
Sus fotografías
se han expuesto varias veces en Mallorca; recuerdo ahora la Fira del Disc o una
más reciente en la tienda Pasatiempos de la calle Brossa. Este mes, la
prestigiosa revista británica The Wire le dedica una galería especial a raíz de
la publicación de su libro Beauty lies in
the eye (Éditions Patrick Frey). Pueden ver algunas en la web de la
revista; aunque lo mejor sería que compraran el libro, claro. O, mejor aún, que
vayan en masa a verlas de cerca, la próxima vez que Catherine Ceresole nos
regale el lujo de exponer su inestimable legado en nuestra tierra.
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