lunes, septiembre 12, 2005

Supongo que debido al exceso de oferta de esta semana en Mallorca, el concierto de Darren Hayman atrajo a unos pocos incondicionales. Una pena, porque el teatro se reveló como un escenario idóneo para prestar atención a sus siempre inspiradas y casi siempre sarcásticas letras. Después del concierto, le comenté cómo me había reído cuando había conseguido incluir a Phil Collins y a Kate Bush en la letra de su canción sobre Peter Gabriel (la misma en la que le pide que se/nos dé un respiro y deje de componer y de girar por un tiempo).
Intenté meter también a Youssou N'Dour, respondió, pero no hubo manera.

La mañana había sido nublada y gris, pero cuando dejé a Rob Mazurek y a Mauricio Takara en el hotel, dispuesto a volver al aeropuerto para recoger a Martin Rev, pareció como si se hubiera hecho de noche de repente. Comenzó a llover, tímidamente primero, y Mazurek hizo una broma sobre la llegada de Martin, el Príncipe de las Tinieblas. En pocos minutos, la lluvia era torrencial: parecía como si lanzaran el agua a cubos sobre el parabrisas de mi coche, y en cuanto salí al espacio abierto de la autopista, el viento lo zarandeaba violentamente hacia un lado.
Llegado al aeropuerto, y tras una corta espera, Martin salió con su maleta. El temporal había amainado tan repentinamente como llegó.
A la noche siguiente, tuve que ir a la radio mientras actuaban Barbara Morgenstern y Robert Lippok. En cuanto acabé el programa salí corriendo de la radio, y nada más entrar en el coche, un relámpago iluminó el cielo y las nubes soltaron su carga con violencia. Miré el reloj: eran las once y cinco. Martin acababa de empezar su concierto.

lunes, septiembre 05, 2005

For folk's sake!
¡Qué buenísimo es el nuevo disco de Devendra Banhart! Es divertido, un poco desequilibrado y enormemente seductor, igual que su autor. Banhart mantiene su incontinencia creativa, pero esta vez la ha concentrado en un disco de veintidós maravillosas canciones (quién sabe, quizá nos sorprende con otro disco idéntico el próximo invierno), cuyo único pero es que tanta largueza puede esconder al oyente impaciente joyas como la políticamente incorrecta Little Boys, una de las últimas canciones del disco.
Cripple Crow comienza con ecos de Nick Drake, sigue guiñándole el ojo a Donovan, luego saluda a Marc Bolan, recuerda a Alex Chilton (felizmente a salvo de la desgracia de Nueva Orleans), juega con Daniel Johnston, y juro que cuando canta en castellano se me aparece el cruce bastardo entre Kiko Veneno y Albert Pla (hippies excéntricos también ellos dos).
Siempre con esa fascinante presencia entre Charles Manson y el joven Caetano Veloso, por supuesto, porque hay que ver cómo recuerda este hombre al Caetano tropicalista y melenudo.
¿Quieres más referencias? Tómalas: Harry Nilsson, Manu Chao... Este disco es un pozo de sabiduría y buen gusto folkie setentero. A ver quién me convence ahora para sacarlo del reproductor de cd, porque no puedo parar de escucharlo.

Confirmado, Petit apunta maneras de gran grupo. Frase fácil, pero es lo que hay.
Canciones tienen de sobra, desde luego. Abrieron con Lay back, una canción que recuerda a los mejores momentos de The Pastels, pero sin la torpeza vocal. Esperaba un grupo de corte alt.country y me encontré con aromas de indie-pop escocés (versión de The Jesus And Mary Chain incluida), y a mí eso me pierde. Como el grueso de la población de Glasgow, Petit aman el folk y la música americana, pero le dan una pátina de pop lluvioso de origen británico.
Michael se reveló como un batería elegante y comedido, en la onda de Joantoni Seguí(Satellites/Solution). Quique obtuvo uno de los mejores elogios que puede recibir un bajista que no busca el protagonismo y trabaja al servicio de la canción: parecía que no se le oía (en realidad iba tan pegado al bombo que ambos sonidos se fundían en uno, como tiene que ser). Pep Toni tiene estilo a la guitarra, aporta arreglos inspirados y un sonido precioso. Además, sus comentarios al micro siempre son los mejores. Por último, Joan es Petit: él compone las canciones y se ha rodeado de estos músicos, y de otros igualmente solventes cuando los ha necesitado. Le falta seguridad y aplomo, pero se esfuerza por seguir la escuela del entertainer anglosajón (cómo se agradecen esas pequeñas historias entre canción y canción), y no puede negar que se ha pasado toda una vida cerca de Jordi Herrera (Satellites, otra vez). Considérese esto último como un elogio, por supuesto.

sábado, septiembre 03, 2005

Después de tres semanas de vacaciones en el Port d'Andratx (leyendo y huyendo del sol, aunque bajando de vez en cuando a la piscina), una rápida toma de contacto para dejar constancia del retorno al lío: el miércoles llega Martin Rev a Palma para encabezar la programación de Centremàtic (donde comparte cartel con Sao Paulo Underground Duo -el nuevo proyecto de Rob Mazurek- y con Barbara Morgenstern y Robert Lippok, el de To Rococo Rot, entre otros), y marchar a continuación a Barcelona y a Madrid.
El viernes llega Darren Hayman de Hefner para tocar en el teatro Xesc Forteza, con Jonston de telonero (él solito, que a mí ya me bastó lo de Howe en Madrid para decidir que nunca más organizo y toco a la vez), antes de partir hacia Murcia donde tocará en el festival Lemon Pop.
Y el sábado tocan en el mismo teatro El Piano Ardiendo, el nuevo proyecto de Jordi y Marc de El Diablo en el Ojo, minutos después de que haya acabado el concierto de Juliette Lewis and the Licks en la Fira del Disc.
Como aperitivo, mañana en el Cafè Lisboa veré a Petit, el grupo de Joan Castells con formación de lujo: Michael de Satellites/Diablo, Pep Toni de Trailer y Quique de Doctor Martín Clavo/The Redsuns. La maqueta mola mucho, y con esos mimbres, en directo tienen que ser buenísimos.