jueves, abril 26, 2007

Según Stephen Fry, cuando David Hockney conoció a un envejecido WH Auden exclamó, ante la visión de su rostro arrugado: ¡Dios mío! Si ésta es su cara, ¡cómo debe de ser su escroto!

domingo, abril 22, 2007


Cuando salió la nueva novela de Kiko Amat, la compré inmediatamente. Desde siempre me gustan sus artículos, su estilo y su pasión a la hora de escribir. También coincido mucho en gran parte de sus gustos y aficiones, claro. De lo que me pareció su primera novela ya dejé constancia aquí. Y cuando salió a la venta Cosas que hacen BUM, insisto, la compré inmediatamente, seguro de estar haciendo una buena inversión.
Pero no la leí enseguida, cada cosa debe esperar su momento. Este fin de semana he estado en Londres, y mientras dudaba en la estantería, buscando algo adecuado que me entretuviera en el aeropuerto y en el avión -y que fuera capaz de desviar mi mirada de la ventana en el hermoso trayecto del Gatwick Express-, tropecé con el lomo blanco de la nueva novela de Kiko. Compartimos anglofilia, entre otras cosas, de modo que se antojaba perfecta para un viaje a Londres, y más aún teniendo en cuenta que la última novela que compré de Evelyn Waugh está en Cimadevilla.
Magnífica elección. Empecé a devorarla en el avión y continué enganchado a ella por las noches en la habitación del hotel de Euston Road. Incluso me venían sus personajes a la mente cuando paseaba por el Soho o cuando me "arrastraba" por Camden de concierto en concierto. Los ingleses tienen todo un festival para eso: Camden Crawl.
Acabo de terminarla, ya en Madrid y disfrutando del sol primaveral en el balcón. Leyendo la novela me han entrado unas ganas terribles de hacer algo que llevo tiempo retrasando, y no hablo de poner bombas (todavía). Me han entrado ganas de hacer muchas cosas, entre otras leer más, escuchar algunos discos o escribir estas líneas. Pero, sobre todo, me han entrado unas ganas terribles de llamar a la persona que aparecía en mi mente una y otra vez mientras leía el libro, la persona con la que viví sensaciones similares en una Barcelona que ya no existe. Y eso voy a hacer en cuanto publique esta nota. Voy a hacer por fin esa llamada pospuesta desde hace dos meses, y voy a contarle a uno de mis mejores amigos otra de esas coincidencias que tanto nos gustan a algunos: el último pasaje del libro que acabo de leer sucede un 22 de abril, tal día como hoy.

martes, abril 17, 2007


Ya metidos de lleno en el autobombo, por qué no anunciar desde aquí no sólo la esperada gira de Howe Gelb con el coro de gospel (ampliamente anunciada en medios mainstream, que para algo viene esponsorizada), sino sobre todo la salida de otro disco del que también espero muchas alegrías: el fabuloso debut en solitario de Jordi Herrera, cantante y guitarrista de Satellites, con The Marzipan Man Stories. El disco de The Marzipan Man, que así se llama el nuevo proyecto, sale a la venta el 7 de mayo, y aunque esté mal que lo diga yo, es maravilloso.

miércoles, abril 11, 2007



El disco de Jonston sale por fin a la venta el próximo lunes, pero ya puedes escuchar todas las canciones en su Myspace. ¡Discazo!

miércoles, abril 04, 2007



Hola, ¿cómo estáis? Debido a la insistencia de algunos de mis amigos, contaré algo más de Austin. Pero poco. Aprovecho sobre todo para usar este espacio como almacén de datos que pueden ser útiles en ocasiones venideras (no es la primera vez que me sirve de gran ayuda este ciberbloc de notas): como, por ejemplo, que si vas a Austin el mejor sitio para hospedarse es el Hotel San José, o en su defecto el motel que hay unos metros más al norte. Está en la zona del número 1500 de South Congress, al sur de río Colorado; un poco lejos del downtown, pero a cambio al lado de la zona más viva e interesante de la ciudad: tiendas de discos, de ropa y de muebles vintage, restaurantes con terrazas concurridas, gente de paseo, mercadillos. A esto debían referirse cuando me dijeron que Austin era como el San Francisco de Texas, y no al downtown que parece un parque temático.
Eso sí, en el downtown estaban casi todas las salas, de las más profesionales a las más cutrillas o improvisadas, donde coincidían dos mil grupos en cuatro días tratando de llamar la atención de las setenta mil personas que deambulábamos por allí.


¿Lo que más me gustó? Estoy entre los conciertos que vi desde el primer banco de la Central Presbyterian Church (Vashti Bunyan y Nina Nastasia con el gran Jim White -el de Dirty Three, no el otro gran Jim White- flotando ingrávido sobre los tambores), la sensación de familiaridad que sentí en el antifestival Fuck By Fuck Y'All viendo a los japoneses 50 Kaitenz (en la foto de abajo) o a Shellshag, o el lujo que era ver a los grupos del showcase de Moshi Moshi (Hot Club de Paris y Metronomy merendándose a unas sosillas Au Revoir Simone) en el patio de atrás de Miss Bea's, un desvencijado bar mexicano de carretera al otro lado de la autopista, en una fiesta casi privada que organizaba el activista underground neoyorquino Todd P.



Pero lo mejor de todo fue ver dos veces (la cosa se lo merecía) a Hella en su nueva formación de quinteto. La segunda vez fue también en Miss Bea's (en la foto de abajo), en un ambiente muy diferente al del día anterior: con el pequeño porche del patio trasero repleto hasta los topes de hipsters, difícilmente podíamos ver al grupo con la comodidad con la que se les distinguía la noche anterior en el bar Maggie Mae's, en mitad del meollo festivalero de 6th Street. Pero la intensidad era la misma, si no mayor.



También Marnie Stern (¡con Zach Hill en el iPod!), Jack Penate, Lee "Scratch" Perry, Andrew Bird, Jamie T o Amy Winehouse, entre muchos otros, ofrecieron momentos para el recuerdo. Espero poder volver algún día y aprovechar los conocimientos adquiridos.