Cuando salió la nueva novela de Kiko Amat, la compré inmediatamente. Desde siempre me gustan sus artículos, su estilo y su pasión a la hora de escribir. También coincido mucho en gran parte de sus gustos y aficiones, claro. De lo que me pareció su primera novela ya dejé constancia aquí. Y cuando salió a la venta Cosas que hacen BUM, insisto, la compré inmediatamente, seguro de estar haciendo una buena inversión.
Pero no la leí enseguida, cada cosa debe esperar su momento. Este fin de semana he estado en Londres, y mientras dudaba en la estantería, buscando algo adecuado que me entretuviera en el aeropuerto y en el avión -y que fuera capaz de desviar mi mirada de la ventana en el hermoso trayecto del Gatwick Express-, tropecé con el lomo blanco de la nueva novela de Kiko. Compartimos anglofilia, entre otras cosas, de modo que se antojaba perfecta para un viaje a Londres, y más aún teniendo en cuenta que la última novela que compré de Evelyn Waugh está en Cimadevilla.
Magnífica elección. Empecé a devorarla en el avión y continué enganchado a ella por las noches en la habitación del hotel de Euston Road. Incluso me venían sus personajes a la mente cuando paseaba por el Soho o cuando me "arrastraba" por Camden de concierto en concierto. Los ingleses tienen todo un festival para eso: Camden Crawl.
Acabo de terminarla, ya en Madrid y disfrutando del sol primaveral en el balcón. Leyendo la novela me han entrado unas ganas terribles de hacer algo que llevo tiempo retrasando, y no hablo de poner bombas (todavía). Me han entrado ganas de hacer muchas cosas, entre otras leer más, escuchar algunos discos o escribir estas líneas. Pero, sobre todo, me han entrado unas ganas terribles de llamar a la persona que aparecía en mi mente una y otra vez mientras leía el libro, la persona con la que viví sensaciones similares en una Barcelona que ya no existe. Y eso voy a hacer en cuanto publique esta nota. Voy a hacer por fin esa llamada pospuesta desde hace dos meses, y voy a contarle a uno de mis mejores amigos otra de esas coincidencias que tanto nos gustan a algunos: el último pasaje del libro que acabo de leer sucede un 22 de abril, tal día como hoy.
3 Comments:
Qué bonito, Joan, da gusto que las cosas te emocionen hasta ese punto. Nosotros fuimos a la presentación del libro aquí en Madrid, y despues de la lectura de fragmentos se queda uno con ganas. Kiko Amat es un gran tipo
¡Escriba más, escriba más a menudo!
me gustaría, me gustaría, ¡pero tengo que dormir! seguro que pronto encuentro un hueco para contar más cosas que me apetece escribir aquí.
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