Día 8 - Valencia-Madrid
Dormimos hasta que nos echan del hotel. Hay que apurar el lujo y el día libre, que luego vuelven los días sin dormir, los madrugones y las habitaciones estrechas.
Comemos en el tren mientras nos contamos historias que luego valoramos (las buenas tienen cinco estrellas, las malas son una Texas Story, a Lone Star Story).
Llegamos a casa a media tarde, salimos a tomar unas cañas (al Mini-Bar, al Alivio) y volvemos a casa. Nos fumamos dos porros de maría, y a dormir.
Esta mañana hay mucho trabajo por hacer, y la tarde-noche va a ser movida, con dos conciertos seguidos (en la FNAC y en el Moby Dick).
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