lunes, marzo 07, 2005

Día 5 - Zaragoza

Llegamos a Zaragoza sin casi dormir (Howe, una hora; yo, dos), atravesando bellísimos terrenos nevados. Qué bien no haber ido en coche. Allí nos esperan Pedro Vizcaíno de Grabaciones en el Mar, organizador del concierto. Como teloneros están La Búsqueda, que en la prueba están geniales. No conseguimos llegar a tiempo para su concierto, pero acabamos la noche con ellos, tras un concierto de Howe que comienza luchando contra un público ruidoso y un escenario hostil, pero acaba triunfando. Con poco más de cien personas, es el concierto menos rentable y con menos gente de la gira.

Día 6 - Barcelona

Al llegar a Barcelona, el hotel que nos han reservado resulta ser una pensión. Nos vamos por donde hemos venido, y por casualidad acabamos en la Bodega Saltó del Poble Sec. En la mesa de al lado hay un tío que se parece a Pau Riba, y que resulta ser Ovidi de La Fura dels Baus. El dueño del bar está leyendo el periódico, y mientras yo hablo por teléfono para reclamar un nuevo hotel, se acerca a Howe y le pregunta: Are you Howe Gelb? La foto de Howe está destacada en la agenda de El País. Acabamos brindando con la clientela del bar, al final vendrán algunos de ellos al concierto.
En la prueba, el piano tampoco es el que pedimos, y hay que cambiarlo. A pesar de estos contratiempos, la organización (Coco, Luis e Ignacio de Ruta 66) se muestra amabilísima y con ganas de que todo salga perfectamente, como así acaba siendo.
Howe da un concierto buenísimo: después de cenar opíparamente en el restaurante Amaya de las Ramblas, llegamos a la sala con el tiempo justo. Howe decide poner una vez más el disco de Madeleine Peyroux (la banda sonora de esta gira: siempre que escuche este disco recordaré estos días), y sale a presentarlo al escenario con espuma de afeitar aún visible en su cara. Cuando se acaba la primera canción del disco de Madeleine, vuelve a salir a presentar la siguiente mientras se sube la cremallera. El concierto en sí es fantástico, la versión de Shiver comienza con siete minutos de improvisación, manteniendo los acordes y la estructura pero con una letra inventada on the spot. Al final vendemos más de cincuenta discos.
La noche acaba en la misma Plaza Real, en el reservado de una especie de club privado en un primer piso (y no es la Penya Central, uno de mis lugares preferidos de Barcelona), rodeados de gente encocada, simpática pero a años luz de nuestro ritmo actual.

Día 7 - Valencia

Al salir del hotel en Barcelona, nos encontramos con que hay una maratón que pasa por las Ramblas. Perdemos el tren. Llegamos a Valencia sólo un poco más tarde. Nos recoge Juan Enrique de Tranquilo Niebla y nos lleva al hotel Holiday Inn Valencia, un lujazo de hotel, donde estamos ahora. Lu-ja-zo.
Mientras Howe duerme, voy al Black Note a supervisar la colocación de los instrumentos, micros y monitores en el escenario. Al mismo tiempo, compro la nueva guitarra de Jonston (una Eko), con la ayuda de Jesús Polar y Luis Siwel, que me ayudan a probarla.
El concierto de esta noche está dedicado a Miguel Angel García, un amigo de los Tranquilo, fan de Giant Sand, que murió en accidente de coche, dejando a su mujer embarazada. Howe dedica Moon River a su mujer, y aprovecha uno de los bises para recordar al difunto y de paso recordar a Rainer, a quien ha tenido en mente desde que le contamos esta historia. Es una noche triste, y muy emocionante.
El concierto comienza con los singles, uno detrás de otro: Classico, NYC of time, Shiver... Por momentos, pensaba que se le iban a acabar las ideas, o que iba a dar un concierto muy cortito. Para nada: vuelve a tocar Stuck (la historia de su noche en la carretera con Pappy -de Pappy & Harriet's- y sus hijos), Loving Cup y otros favoritos de toda la vida.
Después de cenar (muy bien, otra vez), estamos un rato en mi habitación, conectados a internet, y llamamos a Gotzon, que me pide que actualice este diario. ¡Pues aquí lo tienes, Godzilla!