Momus llegó ayer. Ha estado fotografiando y grabando todo lo que le parece interesante desde que llegó, como demuestran las fotos de hoy en su diario online. Anoche cenamos en un restaurante buenísimo de la Lonja, y durante la cena fueron cayendo montones de anécdotas, coincidencias y noticias de amigos comunes. Me hizo mucha gracia saber que, cuando Cynthia Plaster Caster hizo el molde del archifamoso falo de Momus, en la habitación contigua estaba esperando John Navin de nuestros queridos The Aluminum Group. El mundo es un pañuelo.

Asistir la semana pasada a los multitudinarios conciertos de las fiestas de Sant Sebastià de Palma me ha tenido pensando hasta ahora en el curioso doble rasero que se autoaplican los ayuntamientos a la hora de regular la seguridad de sus tutelados. Me explico: cualquiera de ustedes habrá entrado alguna vez en un bar y habrá observado una placa que indica, por ejemplo, «Aforo máximo autorizado: 37 personas». Una rápida mirada al interior de ese hipotético local, si está sólo medianamente animado (es decir, ni mucho menos lleno a rebosar), nos demuestra que ahí dentro hay, por lo menos, sesenta personas divirtiéndose sin estrecheces. Es más, cuando ese mismo local está efectivamente lleno a rebosar -cuando hay que abrirse paso desde la barra con las bebidas por encima de nuestras cabezas para evitar codazos no deseados-, probablemente haya metidas en su interior más de cien personas. Obviamente, los locales que prefiere la gente que sale habitualmente son, precisamente, estos últimos.
En los bares y locales de ocio, la ley obliga a mantener un espacio de un metro cuadrado por persona. Cualquiera que haya contrastado los datos de alguna manifestación reciente sabe que en un metro cuadrado caben cinco y hasta seis personas, pero como esos datos son siempre tendenciosos vamos a ser más ecuánimes: digamos que tres personas caben perfectamente cómodas en un metro cuadrado, sobre todo si están en un bar nocturno.
¿A qué viene todo esto? Pues el viernes estuve en el centro de la Plaza Mayor viendo a Fangoria (gran y divertidísima actuación, por cierto). Les puedo asegurar que allí éramos entre ocho y nueve personas por metro cuadrado. Teniendo en cuenta las características de la plaza y el efecto embudo que provocarían sus vías de salida, la seguridad extrema que se trata de imponer en los bares brillaba por su ausencia. Sin embargo desde el Ayuntamiento ese llenazo será considerado un éxito, y con razón. Pero no va a pagar ninguna multa por exceso de aforo.

(Extracto del artículo publicado el 26 de enero en el diario El Mundo-El Día de Baleares).

Igual que el año pasado, este viernes me tocó dejar espacio en mi programa para las conexiones con los redactores de la emisora que iban paseando por las plazas de Palma y relatando la evolución de las fiestas de la ciudad. El problema no era tanto perderme a Micah P. Hinson o a L.A. and the Dirty Diamonds (vi su prueba de sonido y sonaban fantásticamente bien), el problema fue mucho más grave. A partir de ahora acepto cualquier crítica a la credibilidad que me pudiera quedar como periodista musical: el viernes, en una de las conexiones con los reporteros dicharacheros que apatrullaban la ciudad, una de las colaboradoras entró con una entrevista a ¡Nuria Fergó! Y lo peor no es ni siquiera eso: en la línea de mono de feria que tan bien aprenden los cachorros de OT, la señorita Fernández González ¡cantó una copla a cappella! Y lo peor más peor de todo -mis amigos ya lo habrán adivinado- ¡es que me hizo mucha gracia!

Chavales, Limbo Starr ha subido una canción del próximo disco de Jonston , lista para escuchar en su página de myspace. ¡Si el jefe la sube, ya podemos anunciarlo a los cuatro vientos!

No escribo aquí porque estoy hasta arriba escribiendo cuarentayseis perfiles biográficos de otros tantos artistas para un libro de inminente aparición, pero sigo leyendo la prensa. Incluso el Diario de León.
Ya me sorprendió ayer ver a Tim Robbins posando con Gallardón, pero el comentario de hoy sobre su presencia posando y su ausencia del sábado me parece agudísimo. Bravo, Mr. Robbins.
Aquí la noticia:

Tim Robbins se siente utilizado por posar con Ruiz-Gallardón

El actor Tim Robbins, que se encontraba ayer en Madrid para presentar el film Atrapa el fuego (Catch a fire) y apoyar el I Festival Internacional de Cine Solidario de la ciudad (FICS), confesó sentirse utilizado por el posado no previsto del alcalde de la capital junto a él en la sesión de fotos previa. «Mi intención era apoyar el festival, no salir en fotos con políticos de derecha. Siento que me han utilizado», esgrimió el actor estadounidense ante un grupo de periodistas poco después de la rueda de prensa de su última película, Atrapa el fuego (Catch a fire) , que abrió ayer la primera edición de este festival cinematográfico.
El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, presentó ante los medios la primera edición de este festival y compareció, posteriormente, en la sesión de fotos que tenía prevista realizar en solitario el actor estadounidense. «Es curioso que un alcalde pueda hacer el esfuerzo de venir a hacerse una foto con un actor norteamericano pero no lo haga para unirse a la ciudadanía en una manifestación», apuntó el actor en referencia a la ausencia de Alberto Ruiz-Gallardón, en la marcha en contra de ETA celebrada este sábado en Madrid.

Me entero esta mañana a través del blog de Xavi -y lo corroboro de inmediato en El País y en las noticias de la radio- de que posiblemente sea Morrissey el representante de la BBC en el próximo festival de Eurovisión, el 12 de mayo en Helsinki. Ya imagino a más de uno mirando precios en Finnair, y puedo ver a nuevas generaciones de adolescentes sensibles escribiendo versos como ¿sabrá tu novia que escuchamos Morrissey?.
De TVE y su programa Misión Eurovisión poco podemos esperar: en lugar de tirar por el rollo eurovisivo (al fin y al cabo, Lordi aparte, Eurovisión no es más que un programa nostálgico de pasadas épocas de gloria), en TVE se sigue apostando por segundones y medianías del rollito latino y el pop sin alma estilo OT. Las joyas de la selección son a priori la ya conocida Rebeca (¡sí, la de Duro de pelar!) y "un punky que podría formar parte de Sex Pistols" (sic).
Dudo que Astrud vuelvan a probar suerte para representar a Andorra como hicieron en 2004 (no ellos directamente, pero sí su canción És que sí... finalmente fue que no), así que, visto lo visto, este año tocará animar al Guayominí.

Ya sé que se supone que aquí voy a hablar de música, pero como ya he dicho otras veces, al fin y al cabo es mi casa y comento lo que quiero. Y lo que me apetece comentar ahora, es el ridículo comunicado de ETA publicado en la web de Gara. Dice el iluminado que haya escrito el comunicado de ETA que el alto el fuego sigue en vigor: hay que ser imbécil para poner cientos de kilos de explosivo y asegurar que el alto el fuego sigue en vigor. ¿Y explosionar una bomba qué es, sino abrir fuego? Hay que ser im-bé-cil.
Luego, y sin pedir perdón ni nada, los muy cínicos dicen que su intención al poner la bomba "no era causar víctimas". Esto me recuerda a la teoría americana de los daños colaterales para justificar las muertes de civiles en Irak... Además de imbéciles, hijos de puta.
Lo del cinismo y el hijoputismo lo sabíamos, la novedad es comprobar que los de ETA son lisa y llanamente tontos, de una tontería cercana al retraso mental.

No hace mucho, escribía en un post que esperaba poder comunicar pronto algunas buenas noticias "de bolsillo". Pues ya están aquí, y comienzan en tres semanitas con una vieja deuda saldada: la programación de Centremàtic de Butxaca se inaugura con el concierto gratuito de Momus, el martes 30 de enero en el Centre de Cultura "Sa Nostra" de Palma.

Pues ya ha salido el nuevo número de Ladinamo, y entre un montón de artículos interesantísimos pueden leer (también en internet) dos colaboraciones recientes de quien les saluda: un pequeño tocho sobre Alan Lomax en España (que ha sufrido recortes leves pero poco afortunados) y la crítica del estupendo disco compartido entre Incrucificables y Hello Cuca.

¡Se me ha adelantado Mauro! ¡Ese chiste era mío!
Por cierto, qué grande es Mauro Entrialgo, ¿verdad?