Tras pasar una mañana estupenda de la que hay abundante constancia fotográfica (un ejemplo en el blog de Petit) y una sobremesa no menos deliciosa con dos grandes amigos a quienes veo menos de lo que me gustaría, Sexy Sadie tocaban debajo de mi ventana. Literalmente, en el patio de mi casa, que es particular (de una amiga y casera ejemplar). Un concierto privado para un centenar de amigos y dos policías que no se quisieron perder el acontecimiento, avisados por un vecino solícito. Hace poco asistí a un concierto de Cohete en el saloncito de un segundo piso en el centro de Madrid, rodeados de papel pintado y cuadros de batallas navales, en el que acabamos tocando también Jonston y yo y donde asistimos a una breve pero magnífica reunión de los cada vez más míticos Detergente. En este caso, el entorno era igualmente sorprendente: en un lado del patio con un árbol en el centro, sobre unas alfombras e iluminados por las luces que había colocado Adela con un gusto exquisito.
Como creo que todo el mundo sabe ya, Sexy Sadie se separan. El 13 de diciembre dirán adiós a sus catorce años de rock con un concierto en la sala Joy Eslava de Madrid, al que asistirán algunos de los amigos que jalearon cada canción del repertorio del otro día: un repertorio emocionante y rejuvenecedor, sobre todo en los primeros compases del concierto. La idea era repasar la trayectoria del grupo disco a disco, interpretada por los miembros originales que compusieron o grabaron cada canción. Cuando empezaron a sonar las canciones del Draining Your Brain o las del Onion Soup, en las primeras filas estábamos los mismos que íbamos a los conciertos de Sexy Sadie en el 3:23 o en el Malafama de Can Picafort. Ver a Miqui y a Jaime cantando a dos voces Attitude, escuchar de nuevo Fly o Mr. Hat, era como quitarte diez años de encima en un suspiro. Con una salvedad, como bien apuntaba Michael Mesquida: estaban tocando esas canciones, compuestas a los diecinueve años escasos, con la sabiduría y la técnica de treintañeros curtidos en cientos de conciertos. Paso a paso fueron saliendo a tocar todos los miembros del grupo: Tonet, José Luis, Miquel Pinti, Carlos Pilán, Jaume Gost y Michael Mesquida. Lalo bailaba y gritaba en la primera fila, Tuyi lo grababa todo, y los demás nos dábamos cuenta de cómo la historia de Sexy Sadie ha ido en paralelo a nuestras historias personales, de cómo podemos relacionar nuestras vidas con alguna canción u otra de su repertorio. Al fin y al cabo, eso es lo que esperas de los amigos de la adolescencia: que te acompañen durante toda la vida.