viernes, septiembre 21, 2007

Uno de los mejores momentos del End of the Road fue su cierre. No la última actuación del festival propiamente, pero sí la última para mí y para muchos de los que estábamos allí, convencidos de que aquella noche ya no veríamos nada mejor y que con aquello podíamos despedirnos del fin de semana con un sabor de boca inmejorable.
Los protagonistas fueron Herman Dune, que ya en su concierto "oficial" del escenario grande habían anunciado que aquella misma noche ofrecerían otro concierto en la pequeña carpa organizada por el club londinense The Local. A la formación de directo que llevaba el grupo en esta ocasión (Yaya y Néman, flanqueados por Turner Cody y las Babyskins) se unieron Jack Lewis, el batería de los Jitters y David Tattersall de The Wave Pictures, el reciente fichaje de Moshi Moshi, que demostró su virtuosismo a las seis cuerdas interpretando todo el repertorio de Herman Dune sin haberlo ensayado ni una sola vez con anterioridad. Cada vez que le tocaba hacer el solo parecía que estábamos oyendo a Sterling Morrison, pero en el escenario veíamos a ese chaval tímido e inmutable que dominaba la guitarra como si fuera una extensión de su propio cuerpo.
Frente a una pequeña carpa abarrotada y totalmente entregada, este super grupo del folk-pop montó una fiesta memorable con versiones hiperrítmicas de sus temas (a ver, con tanto percusionista añadido: también se sumaron a la fiesta el programador de la carpa y la directora del festival, aporreando sendos instrumentos de percusión), y cerró el festival de la mejor manera posible para muchos de nosotros. De camino a la salida, pasado el ya desierto escenario grande, escuchamos los acordes de las violinistas de Jens Lekman en la otra carpa. En pocos minutos iba a salir a pinchar Everett True, pero nosotros ya habíamos tenido bastante. Qué final maravilloso.