El pasado fin de semana estuve en un estupendo festival llamado End of the Road. En mitad de ninguna parte (en la campiña inglesa, entre Dorset y Wiltshire), ocupando unos jardines habitualmente habitados por una familia de pavos reales que paseaban indiferentes entre el público, se celebró por segunda vez este inusual festival de tamaño reducido y ambiente familiar, que al excelente cartel unía una atmósfera relajada y un entorno ideal para disfrutar al máximo de todos los conciertos. Un festival para gente a quien le gusta la música. ¡Incluso el tiempo acompañó!
Además de pasar muy buenos momentos con Howe Gelb (y el resto de su entorno) y con Herman Dune (ídem), que eran los principales motivos de mi visita, pude ver una enorme cantidad de conciertos emocionantes, divertidos, excitantes, íntimos, deliciosos y plenamente satisfactorios, desde una posición privilegiada en la mayoría de las ocasiones. El número de conciertos que me gustaron fue tan elevado que casi reescribiría el cartel del festival, pero puestos a destacar me quedo con la capacidad de Jim White para salir del paso más que dignamente en un concierto casi sin voz; la seguridad de John Paul Jones acompañando con maestría a Robyn Hitchcock; la simpatía desbordante de Jim Bryson; la exuberancia festiva de I'm From Barcelona; la inesperada contundencia de Darren Hayman; el delicioso anacronismo y la fragilidad de Liz Green; la verborrea inteligente de Jeffrey Lewis o el folk espontáneo y pizpireto de Peggy Sue & The Pirates.
He dejado para el final, ya que hablamos de folk, a uno de los descubrimientos del festival (que además es descubrimiento del festival, puesto que editan sus discos a través de End of the Road Records): The Young Republic es un joven octeto de Massachussets al que vimos tres veces durante el fin de semana, y las tres veces demostraron una soltura y una consistencia que si no se tuerce su trayectoria les va a deparar muy buenos resultados en el futuro. Por momentos me recordaron a los primeros Belle And Sebastian (aunque dominando mucho más sus instrumentos: los miembros de The Young Republic se conocieron en la Berklee School of Music, y se les nota... para bien), pero su sonido escora más hacia el folk-rock americano, hacia Moby Grape -como bien apuntó Joantoni-, los Flying Burrito Brothers y Bob Dylan, a quien dedicaron un buen puñado de versiones durante el fin de semana. Son jóvenes, exudan carisma por los poros, y uno se los imagina perfectamente recogiendo el testigo de The Arcade Fire, aunque para ello les haga falta pulir un poco su repertorio. Las ganas y la confianza en sus posibilidades las tienen, y la capacidad también.
El antes y el después se completaron con conciertos de Jesse Sykes and the Sweet Hereafter en The Water Rats, Tallulah Rendall en el salón de casa, el alucinante descubrimiento de una señora americana cuyo nombre no recuerdo pero que hacía spoken word cabaretero con un encanto arrebatador en The Big Chill House, un par de cervezas y unos vinos con Mark Eitzel en Crouch End, visitas, comidas y cenas con un montón de amigos y el maravilloso fin de fiesta que fue el concierto abarrotado de Howe Gelb en The Luminaire, teloneado por sus dos últimos descubrimientos: Kate Maki y Lonna Kelley.
Una visita muy bien aprovechada, diría. A ver si se repite pronto.
2 Comments:
http://www.escolar.net/
school of rock ;-)
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