lunes, mayo 21, 2007

En música, me gusta la innovación, la novedad y la originalidad como al que más. Me gusta que me sorprendan, me encanta no saber qué coño está pasando en el escenario, qué es eso tan excitante que me hace sentir bien aunque no lo entienda todavía. Pero con lo que no comulgo es con la tontería de la novedad porque sí, con la pesadez de la originalidad ante todo. Ese insufrible tonillo de superioridad intelectual que lastra a gran parte de nuestra crítica musical (sobre todo a la más insegura, y por lo tanto la más arrogante), capaz de encumbrar a más de un tostón inaguantable a la vez que desprecia a grandes compositores que basan su repertorio en la emoción y en la sencillez, simplemente porque estos últimos sólo hacen "más de lo mismo".
Viniendo a casa en el autobús he leído un texto del siempre brillante Nick Hornby que lo explica a la perfección (en inglés, lo siento: no tengo tiempo para detenerme a traducir con un mínimo de rigor): "Literature seems to have just about maintained a toe-hold in our culture because we're prepared to accept that books can be sui generis: Zadie Smith's White Teeth, for example, represents nothing but itself. It isn't at the forefront of a new, young, hip, multicultural, etc. literary revolution, and it belongs very firmly to a familiar narrative tradition. But that doesn't make it any less of an achievement, or any less interesting; and it certainly hasn't made it unpopular, either with critics or with readers. If it had been a record, however, we'd probably have ignored it; the general view would have been that we've heard all that great writing and ambitious narrative stuff before, thanks very much, and we're waiting for something new to come along".

15 Comments:

At 11:25, Anonymous Anónimo said...

totalment d'acord amb lo odiosa que és aquesta obsessió amb la novetat. al final molts dels discos que més m'agraden a finals d'any són álbums que no proposen res de novetós, però que m'encanten per les cançons o el que sigui...

de la mateixa manera, molts discos innovadors m'avorreixen i no em duen a enlloc, però hi ha moments per a tot.

 
At 11:38, Blogger Iván Conte said...

Pues aún estando de acuerdo con la idea general de Hornby, yo sí recuerdo que a "White Teeth" le dieron muchos elogios extra por su caracter multicultural. Además, "White Teeth" está muy bien, pero "The Autograph Man", su segunda novela, es un poco floja. "On Beauty" no la he leído, así que no me pronuncio sobre ella.

Pero vamos, que sí, que hay buenos libros y discos innovadores y buenos libros y discos "sencillos" a patadas.

 
At 11:56, Blogger joan said...

no he leído aún White Teeth, pero está en la lista. lo importante del texto no era la forma, la novela en sí (que se puede intercambiar por otra novela interesante o elogiada de los últimos años), sino el fondo, la idea que quería reflejar.

 
At 13:12, Blogger Elena Duque said...

Puf, y que razón tiene Hornby. Cada vez soy más escéptica con eso de la innovación por la innovación, y de toda la impostura que hay implícita en alabr las cosas por motivos como ese.

 
At 19:28, Blogger anhh said...

Nick Hornby es el mismo que escribió que le gustaría que Radiohead hicieran discos menos difíciles para poder escucharlos sin sobresaltos cuando llegara cansado del trabajo al hogar. Es una gran petición para el arte en general: no expreses lo que tengas que decir, haz lo que me conforte. Donde me perdí es en que Radiohead fueran experimentales, innovadores o complicados por el hecho de poner en práctica ideas que tomaron prestadas de discos hechos veinte o treinta años antes. ¿A qué se refieren con música innovadora? Por citar, cito al crítico de música clásica del New Yorker, Alex Ross:

“It is a voyage into the labyrinth of modern music, which remains an obscure and even frightening world for most people. While paintings of Picasso and Jackson Pollock go for a hundred million dollars or more, and lines from T. S. Eliot are quoted on the yearbook pages of alienated teenagers across the land, the twentieth-century repertory onward still sends ripples of unease through audiences. At the same time, its influence can be felt everywhere. Atonal chords crop up in jazz. Avant-garde sounds populate the soundtracks of Hollywood thrillers. Minimalist music has had a huge effect on rock, pop, and dance music from the Velvet Underground onward. Stravinsky's Rite of Spring remains the ultimate icon of artistic daring, its rhythms foreshadowing a lowdown-sophisticated pop culture to come.”

Respecto a lo de música “sencilla” y “emotiva”, eso es una construcción intelectual. Aprendes a estimar determinados elementos de la música como placenteros y lo sean estos o no, les otorgas un valor si los encuentras presentes en la música que escuchas. También lo pueden llamar “tener tragaderas”. Se escuche lo que se escuche (desde sevillanas a discos de Mego). Brian Eno hizo el experimento de irse a un parque y grabar los sonidos que ocurrieran en este durante el tiempo que dura un cd. Y después se lo puso cada noche, hasta que empezó a apreciar cada cambio en el color de la “música”, cada variación en la “composición”, etc. Mi experiencia es que muchos discos te gustan porque te han de gustar, aunque no encuentres nada excepcional en ellos durante escuchas y escuchas. Y el problema, supongo es ese. Otros estilos musicales se descartan con escucha y media, y yo estoy escuchando un disco que no me entusiasma un par de veces cada día durante un mes.

Pero sigo sin ver esa prensa que apuesta por la novedad permanente. Veo gente que se apunta a lo último que sale, pero por lo general todo consiste en si puedes trazar lazos con un canon de música que es aceptada como buena y artística. (M.I.A. escucha grime, hip hop y electro, no reggaeton, favela funk, desi beats o baltimore beats que es lo que escucha y dice en cada entrevista, un grupo no es de metal si es bueno, es de post-hardcore).

 
At 19:42, Blogger joan said...

¡Qué buen comentario, anhh! Lo digo en serio, me gusta mucho. Aunque no estoy de acuerdo en todo, claro :-)
El primer comentario sobre Nick Hornby y Radiohead lo desconocía, y tampoco cambia mi opinión sobre él o sobre el texto que he copiado en mi post.
Es muy interesante el texto de Alex Ross, de hecho más de una vez he pensado en lo extraño que es que gente con muy buen gusto en arte, o en danza contemporánea, o en arquitectura, tenga luego tan mal gusto en temas musicales (aunque obviamente es una cuestión de gustos, como en casi todo).
Sobre la música "sencilla" y "emotiva", volviendo a lo de que todo es una cuestiónde gustos: es la música que me emociona a mí. Pero resulta que la música "sencilla" acaba siendo la que mejor puede emocionar, y la prueba es que lleva haciéndolo desde hace miles y miles de años. Para mí la música es un instrumento de comunicación, y la música pop es uno de los lenguajes que utiliza y el que mejor entiendo. Y en eso sí que estoy de acuerdo con Hornby: no tengo tiempo para perder con estilos o apuestas que no me llegan, por muy novedosas que sean.
Por último, lo de que MIA no escucha reggaeton ni favela funk no sé dónde lo has visto, pero me temo que no es así (otra cosa es que, como apuntas, decir que te gusta elscuchar reggaeton o favela funk no sea muy cool en según qué círculos, algo como decir que hablas catalán en la intimidad).
Pues eso, que un placer.

 
At 11:37, Blogger Elena Duque said...

Yo no creo que la música sencilla sea del todo una cosntrucción intelectual, de hecho se basa en dos cosas muy claras como son el ritmo y la melodía, cosas que son susceptibles de ser manipuladas y deconstruídas por quienes quieren innovar. O no me direis nunca un ritmo o una melodía de algo que en principio no es acorde con vuestros gustos os ha atrapado de manera misteriosa, ya sea el aserejé, la rosa de españa o la última de Shakira.

 
At 12:44, Blogger Iván Conte said...

Pues has de leer "White Teeth" sin miedo alguno.

Personalmente, las innovaciones me gustan cuando permiten transmitir algo -una idea, una emoción- con mayor fuerza. Pero claro, lo de determinar cuando los experimentos son necesarios depende muy mucho de cada persona y de cada criterio. Luego claro, hay quien se arrima a tal o cual sonido de moda como quien se compra medio catálogo de temporada de ropa en el H&M, y por ahí sí que no paso ni respeto ni ná.

De todos modos, yo, lo que diga Brian Eno :D

 
At 12:45, Blogger joan said...

Lo haré. Y tú tienes que habilitar los comentarios en tu blog :-)

 
At 12:48, Blogger Iván Conte said...

¿en mi blog? ¡pero si están habilitados, chico! lo que ocurre es que ahora el link está justo debajo del título de cada entrada ;-)

 
At 17:00, Anonymous Anónimo said...

Joan, a mí siempre me ha sorprendido lo mismo: ¿por qué diablos si aceptamos todos que Ciudadano Kane es mejor que Rambo III la gente se empeña en que OT es tan respetable como Bob Dylan?

 
At 17:07, Blogger joan said...

¡Y yo qué sé! :-)

 
At 18:28, Blogger anhh said...

Lo de la música sencilla y emotiva. No hablo necesariamente sobre algo que podamos identificar con “falta de complejidad”. Nick Drake parece sencillísimo de escuchar pero interpretando es un virtuoso. Steve Reich es un compositor minimalista y tiene un pieza llamada “Clapping music” que son dos tíos tocando las palmas, así que seguramente no existe una pieza más sencilla de tocar que esa. Sin embargo, entendemos al sr. Drake como sencillo, claro y emotivo, mientras que el sr. Reich nos quiere epatar (o que su música es sólo un juego (intelectual o no)). Cuando hablo de construcción, supongo que me refiero también a una construcción del “gusto” musical. Hablaba Elena sobre que la música consta de melodía y ritmo. Pero por ejemplo las tribus africanas utilizan polirritmos complejos, o en la India tienen desarrollados sistemas para articular los “drones” (o los sobretonos) en su música. Así que la supuesta “complejidad” es relativa o se trata de un fenómeno cultural. O por ejemplo, en el texto que citaba antes hablaba de las bandas sonoras. Nadie siente ninguna complejidad cuando suena música disonante o atonal en una película de miedo porque está puesta en un contexto en la que la reconocemos (música de tensión, suspense). La banda sonora de esta película de ciencia ficción “Planeta Prohibido”, está compuesta por Louis y Bebe Barron, que más o menos por ese tiempo estaban grabando todos los sonidos que John Cage utilizó en “Williams Mix”, una de las primeras composiciones de música electrónica de la historia (hay una grabación histórica de la premiere de la pieza y el ruido de los abucheos y los aplausos mezclados al final son bastante más memorables que la pieza). La banda sonora de “Los Pájaros” esta compuesta por Oskar Sala y está interpretada en el sintetizador que el mismo inventó. O en la música de la cabecera de “Star Trek”, la “voz” que canta, está interpretada con un aparato de ondas Martenot. Pero en ese contexto nos resultan hasta música kistch.

Cuando digo que es una construcción digo que por ejemplo hemos aprendido a reconocer ciertas progresiones de acordes como algo natural, mientras que lo que mucha gente en música contemporánea (la de hace un siglo me refiero) hace es tratar de llevar las leyes de la armonía hasta sus límites. Otro ejemplo, los Pixies. Lo que se entendía por música “sencilla” y “emotiva” en el rock, en esos momentos sería algo más en el sentido de la música de los sesenta o setenta. Así que los Pixies sonaban completamente alienígenas (de hecho casi nadie compró los discos (en su momento)). Pero veinte años repitiendo la misma formula y ahora nos suenan “clásicos” y “atemporales”. Sin embargo pueden tomar otro grupo de la misma época que sin esa exposición colectiva siga sonando incomprensible. Por ejemplo, Coil, que son aún más viejos. Y a mucha gente le pondrán los pelos de punta sus primeros discos por las razones equivocadas. Eso sí, dentro de la escena experimental/industrial/loquesea, Coil no son extraños o complejos.



Pero supongo que hay muchas cuestiones sobre las que discutir (que no llegaran a ningún lado). Una es por ejemplo que la música nos debe hacer sentir (emocionalmente hablando) y que no puede ser abstracta o estar explorando un campo de posibilidades. El otro día pongo un disco de jazz y lo que trataban de hacer era tocar, pero sin seguir una melodía o una armonía o ningún ritmo, sólo hacer música fluida. Entra mi hermana al piso y me pregunta que si estoy triste. Y la conexión entre ambas cosas es que estamos aplicando valores como orden, belleza y rigor, con un montón de asunciones tomadas de antemano. El escritor de este blog hablaba hace poco de una “calatravada”, que puede tener muchas otras cosas en sus intenciones, pero una de las principales es mostrar la potencia de diseño, ver hasta donde se pueden llevar los materiales sin que se desmoronen, solucionar problemas, ver hasta que punto se pueden construir las imágenes que uno tiene en la cabeza (se suponen que los diseños de Calatrava surgen a partir de abstracciones sobre el diseño anatómico de toros y otros animales). Yo recuerdo perfectamente haber escuchado música rock y no haberme llamado la atención, o parecerme rara, o que estaba tocada “mal” o cosas por el estilo, pero de repente descubrir un disco o un grupo y es como una iluminación y todo cobra sentido. Por ejemplo si escuchas música folk (no la de moda, la de los programas sobre regiones), a uno no le entra de buenas a primeras, porque le parece que desentonan (en realidad cantan fuera de la escala temperada, pero esa es otra, creemos que sólo existe esa escala). Pero sin embargo, las historias te enganchan y el oído se te “acostumbra”.

Bueno, se me ha ido la pinza. La música como decían antes es una forma de expresión, así que es pura semiótica, comunicador y receptor, transmisión y mensaje. Cuando nos referimos a música “sencilla” queremos decir que el mensaje es fácilmente interpretable. Si una canción nos hace bailar, pues ya hemos captado el mensaje. Si en una canción de Low suena un acorde por minuto y las voces susurran y tiemblan podemos pensar que muy animados no están. Y ese es el mensaje. Que el mensaje sea asimilable no tiene nada que ver con la complejidad o la información que tenga ese mensaje. Pero por ejemplo en muchas piezas de música contemporánea lo único que tiene que entender uno es que hay un proceso (una serie de acordes se repiten, o cada X compases se interpreta un nuevo motivo, o un instrumento responde a otro de una determinada manera hasta que el primero cesa y un tercero continua, etc.). Pero querer interpretarlas emocionalmente es una barrabasada.

Por ser malicioso ¿por qué reclaman a Dylan y Ciudadano Kane si esos son los innovadores, los que nos hacen rascarnos la cabeza?

 
At 18:48, Blogger joan said...

ostras anhh, con el lío que tengo no puedo pararme a contestar a todo esto, aunque has abierto un par de temas interesantísimos.
insisto, la falta de tiempo me obliga a quedarme en la anécdota (como es habitual en este blog, por desgracia): y la anécdota que me ha venido a la mente es que, cuando escuché por primera vez a los Pixies (en su momento) me sonaron a la vez rarísimos y extrañamente fascinantes, tanto que tuve que comprarme el disco y acabé enganchado a ellos durante años, y viajando por primera vez fuera de Mallorca sólo para verles tocar. Esa sensación la he vivido más veces a través de los años, y a ella me refería al principio del post.
Y más cosas que me gustaría decir, pero no tengo tiempo para ordenarlas.

 
At 20:56, Blogger Miguel B. Núñez said...

El ansia por la novedad es abrumadora en estos tiempos. Los grupos son ensalzados un día y a la semana que viene olvidados. Cuanto más inexplicable es tu música más arriba escalas, cuanto más excéntrica tu actitud más arriba también. A veces veo alguno de esos grupos que la crítica ha endiosado y me quedo como si nada, preguntándome... vale, suenan bien -la mejor de las veces- pero... ¿dónde están las canciones?... soy un tradicionalista, quizá!

 

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