domingo, septiembre 21, 2008

Primero fue el Centremàtic y luego Oliva Trencada en Campanet y luego la Nit de l'Art y luego el festival Petit Comité. Y eso porque al final no he podido ir hoy a ver a Au Ments a Manacor.
La sobredosis de arte esta semana en Mallorca ha hecho que algunos necesitásemos como agua de mayo ver el partido de Rafa Nadal con una cerveza en la mano. El Centremàtic se inauguró con una conferencia de David Toop, exigente pero fascinante para los pocos que aguantamos el tipo (ya le dije a Pedro Trotz que "havia estat dens", a lo que él respondió, certero, con esa pronunciación errónea que ambos odiamos para describir la música de baile - ésa que evitamos en el Centremàtic, la música "dens").

En su conferencia, Toop habló de arte y de sonido, de cómo el mundo del arte está dirigido casi únicamente al sentido de la vista. En las entrevistas previas al festival, me había cansado de insistir -como hago desde hace tiempo- en la triste paradoja de que una ciudad como Palma, con tanta galería de arte, tanto artista y tanta gente que se viste de domingo para salir en la Nit de l'Art, tenga una cultura musical tan pobre. Es difícil de comprender que la gente capaz de admirar el arte más radical, abstracto o avanzado tenga después unos gustos musicales de lo más mediocre, o en el mejor de los casos se quede satisfecha con la simple contemplación de la belleza sin pretender ir nunca más allá, como el que se contenta con colgar una bonita acuarela en la pared de su salón. Que está muy bien, igual que ver jugar a Rafa Nadal, pero también hay otras cosas muy bonitas y enriquecedoras ahí afuera, y debería de haber tiempo y espacio para todo.