jueves, octubre 19, 2006

No es la primera vez que cito aquí a Paul Morley, y es posible que no sea la última. El pasado domingo, en la edición del Observer Music Monthly editada por Jarvis Cocker -el Observer hace estos encargos de vez en cuando; y, como en el programa televisivo Carta Blanca, la idea puede resultar brillante o vergonzosa dependiendo de la calidad y de la inspiración del invitado- se publicó la transcripción de una charla, bastante anodina por cierto, entre varios nombres destacados del mundillo que incluían a Morley junto a Nick Cave, Antony, Beth Orton y el propio Jarvis, entre otros.
Perdida entre la maraña de obviedades, soserías o simples tonterías que se soltaron, Paul Morley dejó caer un comentario que, aunque elitista, no deja de parecerme atinado:
La gente está empezando a coleccionar música del mismo modo que colecciona sellos. Gente que no estaba verdaderamente interesada en la música se preocupa ahora por saber si tiene más de quince mil canciones (en el iPod)...
La música como simple artículo de consumo, producto de usar y tirar. Aunque eso no es sólo producto de nuestro tiempo, es posible que su impacto se acentúe en la era de los politonos y las descargas (legales o ilegales). Hoy me bajo de una tacada toda la discografía de Fulano, y pasado la borro para recuperar espacio en el disco duro. Lo que enlaza con otro comentario con enjundia (y que en este caso peca de nostálgico y un punto pureta, pero como me identifico con él, pues ahí queda), en este caso de Nick Cave:
Cuando yo era un chaval no había información sobre la música. Conseguías un disco con una portada, y no sabías casi nada sobre el grupo. Ponías el disco y te quedabas mirando la portada, y esa era prácticamente toda la información que tenías, y esa gente se convertían en héroes para ti. Eran gente misteriosa, heroica. Internet y todo lo demás se han llevado consigo una parte eso.
Puede que no sea más que la impotencia de ver que se hacen mayores y no entienden las nuevas formas de relacionarse y vivir el ocio y la cultura. O puede que no acepten, al menos en el caso de Morley, que su tesoro ya no sea un patrimonio exclusivo e inalcanzable para la mayoría de la gente. Pero que su tiempo -que es el nuestro- quedó atrás, está más claro que el agua. Ante nosotros se va abriendo una nueva era, con todo lo de excitante y atemorizante, esperanzador e inquietante que tienen las puertas que se abren hacia lo desconocido (hay que ver qué Iker Jiménez me ha quedado esto último).

8 Comments:

At 21:04, Anonymous Anónimo said...

Escribo esto rápido y corriendo que me voy a ver al hermano de Drexler...
Pero quería remarcar un par de detalles...
Yo creo que esa era de la que hablas hace mucho que ya llegó. La gente se baja compulsivamente música (cine y series también) por el simple hecho de "amortizar" la cuota de conexión. La mayoría no escuchará el material bajado, con suerte lo oirá un par de veces. Por lo que se dejan de apreciar los detalles y se va hacia el sonido reconocible. Aún gustandole algún grupo, posiblemente no le siga la pista en posteriores discos ya que no se acordará de quien eran, cómo era la portada y a qué sonaban realmente...
Por cierto, soy mucho más joven que Cave, pero yo también me quedaba embobado mirando las portadas de los lps de mi hermano... imaginándome mil y una historias. Recuerdo especialmente la portada del 'Crisis, what crisis' de Supertramp :)
Con este rollo que he soltado no quiero decir que estoy en contra de la tecnología, me encanta. Es un medio para difrutar de este arte de una forma radicalmente diferente a como estábamos acostumbrados.
Bueno, lo dicho, me voy a disfrutar de este arte de la manera tradicional :)

 
At 22:18, Blogger deadcityradio said...

Pues fijate que eso me produce sentimientos ambivalentes. Por un lado, me da envidia la enorme suerte que tienen ahora los chavales de tenerlo todo al alcance de la mano, cosa que a mi me habría encantado, al igual que para las películas. Pero también recuerdo el encanto que tenía eso de buscar las cosas por ahí como se podía, de descubrir cosas de ese modo azaroso y de comprarte discos fiandote de un consejo o una portada, porque eso los convierte más en objeto de culto. En fin, los tiempos cambian y nos han pillado, aqui cual abuelos cebolletas.
Elena

 
At 09:31, Blogger joan said...

tiene razón xavi en lo de que esto comenzó hace tiempo, por supuesto. lo que yo quiero decir es que aún estamos en ese período de transición, de entrada a la nueva situación que no se ha consolidado y sigue cambiando a diario.
y yo tampoco tengo la edad de nick cave (!), pero me identifico -muy a mi pesar- con su comentario de abuelo cebolleta sobre las portadas de los discos. creo que todos los que tenemos más de 20 años estamos en esa situación, de hecho.

 
At 09:32, Blogger joan said...

¡y estoy absolutamente de acuerdo con elena, hasta en la última coma!

 
At 13:21, Blogger Carolina Pataleta said...

Yo lo veo más una cuestión de valorar las cosas. Y (no digo siempre, pero muchas veces) la importancia o el valor de algo, está directamente relacionado con el esfuerzo que nos supone conseguirlo... emm...¿...no? Bueno, algo así.

 
At 21:24, Anonymous Anónimo said...

también da en el clavo xavi con lo de se dejan de apreciar los detalles. cuando uno era (pre)adolescente y no tenía pasta más que para dos o tres discos al mes (más lo que te pudieran grabar los colegas), esos discos te los escuchabas de arriba a abajo, del derecho y del revés: te sabías las letras, las modulaciones de la voz, las líneas de bajo y las veces que sonaba el arreglo de fondo que sólo pillabas a la cuarta escucha. hay discos que te sabes absolutamente de memoria, entre otras cosas, porque no tenías nada más que escuchar en ese momento, y llegabas a obsesionarte con ellos. y me callo, porque si releo esto seguro que no lo envío (abuelooooooo!).

 
At 13:51, Blogger Raquel Márquez said...

Jejeje, es que Iker es todo un modelo.

Yo creo que aunque pueda haber algo de nostalgia y elitismo en esas ideas, sí que es una constante de todos los tiempos que lo desconocido resulta más romántico, es inevitable. Inventarte todo lo que no sabes de algo o alguien es estupendo. Supongo que siempre habrá movimientos "oscurantistas" para contrarrestar esa información cada vez más omnipresente... Ahora parece que lo siniestro, o las cosas misteriosas, lo ritual... están especialmente de actualidad. La gente no puede vivir en un mundo totalmente racional y transparente... ¿No vísteis ese reportaje sobre los masones en la tele hace poco? Casi apetecía meterse!!! Todo por huir un poco de tanta normalidad. Hacen falta secretos, cosas inaccesibles...

 
At 20:12, Anonymous Anónimo said...

¡Qué envidia histórica me da el comentarista anónimo! ¿2 o 3 discos al mes, en otras palabras, 3000 o 4500 pelas al mes para discos? ¡Qué pobre -además de joven- era un servidor!

 

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