¿por qué bailar sobre arquitectura?
no, no voy a dedicar mis esfuerzos a escribir sobre einsturzende neubauten o sobre bauhaus. al menos, no solamente sobre ellos.
muchos lo habrán tenido claro desde el principio. fue frank zappa (aunque hay quien atribuye la cita a elvis costello; yo lo dudo mucho: costello ha escrito mucho y en muchas ocasiones) quien dijo que escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura, incidiendo en la inutilidad de la crítica musical. probablemente zappa estaría enfadado con alguna mala crítica, como también debía de estarlo sir george bernard shaw cuando dijo que el crítico es como el eunuco del harén: sabe cómo hacerlo, pero no puede hacerlo. ambos tienen su buena dosis de razón pero, si es tan inútil y tan absurdo hablar sobre música hasta la obsesión, si no tiene sentido intelectualizar o tratar de comentar las sensaciones que produce un concierto de rock o una sesión de baile, el peinado del cantante o el pasado hippie del programador de ritmos... entonces, ¿por qué nos gusta tanto? ¿por qué podemos pasarnos horas y horas hablando sobre ello? ¿a qué viene esa otra cita apócrifa que dice sólo hay una cosa mejor que escuchar música: hablar sobre ella?
en ocasiones he pensado que zappa y shaw (y costello por alusiones) no dejaban de tener razón. sobre todo cuando alguien escribía una mala crítica sobre mí o sobre alguno de mis grupos - siempre a la ligera y sin fundamento, claro -. pero es más fuerte que yo. me gusta la música, y me gusta escribir. tanto, que no me importa ir echando mensajes al mar en botellas que nadie sabe a qué puerto pueden llegar, si es que llegan a algún sitio alguna vez.
también me gusta leer sobre música. me gusta que alguien me haga vibrar con su pasión hacia o contra un determinado grupo, que me contagie o que me pique la curiosidad para escuchar algo que pueda llegar a convertirse en la nueva obsesión que ocupará el centro de mi vida durante los próximos ¿cinco minutos?
escribir sobre música puede ser un acto inútil y egocéntrico. pero también eran inútiles y egocéntricas las poesías que escribí de adolescente y ahora, aunque no me arrepiento de haberlas tirado a la basura, sé que fueron un paso necesario para llegar hasta aquí. quién sabe hasta dónde me llevará esta manía de bailar sobre arquitectura.
en este weblog iré publicando artículos y críticas que van apareciendo aquí y allá, en los diversos medios a los que he llegado a engañar para que me paguen por hacer lo que más me gusta. pero también, espero, aprovecharé la inmediatez de este milagroso sistema internáutico para ir tomando notas a desarrollar en el futuro. en este espacio se va a mezclar lo profesional con mis gustos personales (en las escasas ocasiones en que ambas cosas no van juntas), la visión del periodista con la del empresario discográfico, la del organizador de conciertos con la del fan irredento. puede que me canse dentro de una semana, pero ahora mismo veo ante mí un futuro tan brillante que voy a tener que ponerme mis gafas de sol y dejar que sea lo que dios quiera. amén.
2 Comments:
Me ha encantao tu entrada sobre la musica, y aunque pienso que nadie tiene la potestad de recriminar a nadie sus gustos musicales, siempre tendemos a criticar lo que no nos gusta a nosotros ^^.
PD:a mi tambien me encanta ver que escucha la peña y bajarme esa musica aver que tal esta jeje, a veces encuentro cosas realmente buenas y que no habia escuchado nisikiera hablar de ellos.
Animo y sigue escribiendo, quizas otra persona que en google puso una
frase tenga la suerte de caer por aqui como yo ^^.
vaya, gracias por tu comentario! no había vuelto a leer esto, pero cuatro años después (¡cuatro!), sigo pensando lo mismo. aunque ahora en los posts uso mayúsculas (no en los comentarios, como se puede comprobar). :-)
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