miércoles, septiembre 23, 2009

En los comentarios a una entrada anterior (creo que la más comentada de este blog, por cierto) hubo, entre otros desacuerdos, uno sobre la entidad que puede tener cualquier proyecto de Ian Svenonius. Para mí, aparte del interés musical, que siempre lo tiene, cualquier cosa que haga Svenonius tiene un interés intelectual adicional y una brillantez conceptual muy poco común y a la que no se presta la debida atención.
Como a la vez se habló (y bien, por mi parte) de la viveza con que actualiza sus contenidos la web Playground, me permito recomendarla de nuevo: no sólo tienen desde sus inicios al gran Momus como columnista. Acaban de iniciar una nueva colaboración con Everett True, que hace aún más interesantes los contenidos de esta web. ¡Sólo les falta Svenonius y ya tendrán a tres de las personas más interesantes de la escena musical a nivel mundial!

sábado, septiembre 19, 2009

Una de conversaciones reales, como las de Fran Nixon pero sacada del Twitter hace unos minutos. Los protagonistas, Julieta Venegas y Camilo Lara (más conocido por su proyecto musical IMS-Instituto Mexicano del Sonido, y por ser un alto ejecutivo discográfico en su país):

julietav @camilolara camiiiii! cuando tocan los planetas?
about 10 hours ago from web

camilolara @julietav domingo!!! 2 se quedan en mi casa...oh lord...me preparo para lo peor...
about 10 hours ago from web in reply to julietav

Vamos hilando las entradas de este blog: los comentarios de la entrada anterior acaban provocando una nueva actualización. El comentario de Luis J. Menéndez en la entrada anterior era básicamente un enlace que enviaba a su blog en el Mondosonoro, en el que intentaba refutar los argumentos esgrimidos aquí sobre si la prensa musical española ha perdido o no el tren de la actualidad y el rigor frente a la inmediatez de los blogs e internet.
Esa reacción demuestra una cosa: como decía hace poco Diego A. Manrique, la posibilidad que tiene el público en general de opinar en internet ha expuesto al crítico a un riesgo que hasta ahora no contemplaba, el de ser criticado. Y la verdad es que lo llevan bastante mal.
Los que se han dedicado durante años a juzgar el trabajo de otros, a menudo con gran ligereza y sin preparación, se exponen ahora a que su trabajo sea analizado con lupa y juzgado a su vez, justa o injustamente, de manera constructiva o con crueldad y sin contemplaciones. Ya pueden haberse currado muchísimo una crítica o una opinión, que en cualquier momento llega un comentario en internet que se lo carga de un plumazo y lo deja a la altura del betún. Lo extraño es que ellos, que más de una vez en su vida habrán hecho exactamente lo mismo (cargarse el trabajo de alguien sin reflexión previa), no aceptan de buen grado esa posibilidad, la de que alguien piense que su trabajo no vale nada y lo airee a los cuatro vientos. Pero a todo se acostumbra uno, lo digo por experiencia.

miércoles, septiembre 16, 2009

En una conversación de twitter se ha malinterpretado un poco la entrada anterior de este blog, o al menos ha ido derivando hacia posiciones que no pretendía sugerir. Como está claro que twitter no es lugar para desarrollar teorías, aquí va una pequeña ampliación sobre lo que escribí ayer.
Vaya por delante que yo no pienso que tenga ningún sentido llegar antes que nadie a las cosas (al menos no con prisas y sin rigor). De hecho, he insistido siempre en que estar al día de todo y siempre a la última es una estupidez. Como decían Los Planetas, "Y además es imposible".
Lo que me parece mal es la rémora setentera de no tomarse en serio a un grupo hasta que saca un disco largo. No dedicarle a alguien todo el espacio que merece, en el momento en que lo merece, sólo por miedo a que eso no perdure, a que sea flor de temporada. Bueno, ¿y qué? Si alguien hace una canción estupendísima y unos conciertos formidables, ¿por qué no mostrar un poco de pasión y volcarse en ello? Ya habrá tiempo de ponerles en su sitio si luego no siguen a la altura de lo que prometieron. Se supone que los medios tienen que informar sobre lo que está pasando, y en esa tarea los medios tradicionales están perdiendo la batalla estrepitosamente. El arma que tienen a su alcance es compensar la falta de inmediatez con un análisis más riguroso y en profundidad, pero es que eso tampoco lo están haciendo. Lo que hacen es esperar a que salga el disco largo, nadar y guardar la ropa, no correr riesgos ni apasionarse demasiado por nada. Es entonces cuando, por mucho análisis en profundidad que puedan acabar haciendo, ya han llegado demasiado tarde. Incluso para eso.
Ay, cómo se echa de menos un Plan B o un CTCL por estos lares.

martes, septiembre 15, 2009

Abundando en el tema de la entrada anterior, el hype internacional con más consistencia últimamente es The xx: cuatro jovenzuelos de Londres que enganchan con sus melodías oscuras, líneas de bajo sinuosas y ritmos repetitivos. Parece que ningún blog que se precie puede dejar de hablar de ellos, no ya para ser los primeros, pero sí por lo menos para demostrar que están al quite. Pues bien, llevo diciendo desde antes del verano que lo último que me había sorprendido y gustado mucho era un grupo nuevo que se llamaba The xx. El single Crystalized lo tuve en repeat durante mucho tiempo mientras preparábamos las últimas semanas antes del FIB, y sigo sin cansarme de escucharlo.
La culpa fue de quienes ejercieron de descubridores para mí: Juan Manuel Freire y Claudia Ortiz en la web Playground, que destacó la canción ya en abril.
Ahora todo el mundo está hablando de ellos, y en las próximas semanas, esos medios especializados que están ahora preocupados pensando en cuáles han sido los mejores discos de esta década (que para eso sí que se anticipan) se desperezarán y empezarán a hablar de ellos. ¿Por qué ahora? Pues porque acaban de sacar su disco largo. Parece que sólo se puede hablar de un grupo, sólo se les puede tomar en serio cuando por fin editan su debut en formato largo. ¿No era Crystalized una gran canción hace cinco meses, al menos tanto como ahora?
Yo creo que eso va contra la esencia misma de la música pop, cuyo formato básico es la canción, no el LP. Por mucho que pueda haber muchos elepés con un listado de canciones impecables, coherentes de principio a fin, con una base conceptual o estilística intachable, lo esencial en el pop es siempre la canción como elemento único y diferenciado.
Esos mismos medios especializados han visto ya cómo les cogía otra vez el toro con el último EP de Delorean: como no era un disco largo/serio, sino sólo cuatro canciones, no se considera merecedor de más que una reseña en la sección de singles, una noticia breve o una nota a pie de página. Pero es entonces cuando llegan medios que prestan más atención a lo que hay, a lo que está pasando y ¡zas!, ¡toma crítica en Pitchfork, toma mención en The Guardian, toma recomendación en el NME! El grupo ya había remezclado a The Teenagers, a Lemonade, a Mistery Jets, pero eso debía parecer poca cosa para hacerles el caso que merecían (ahora, y no dentro de medio año). Pero entonces sacan un EP que, aunque pasa casi desapercibido en España, a cambio hace mucho ruido fuera y ¡zas!, ¡toma remezcla a Franz Ferdinand! También están preparando una remezcla a The Big Pink y ¿sabes a quién más? Precisamente, a The xx. Y, mientras tanto, los medios españoles mirando para otro lado.

sábado, septiembre 12, 2009

Pues lo habréis visto todos este verano: el hype de los últimos meses es un grupo de Binissalem liderado por un chaval de diecisiete años y su amiga de catorce. Papá Topo! han conseguido que todo el mundo hable de ellos (bien o mal, pero haciendo ruido y removiendo estómagos aburridos; olé por ellos) y han demostrado, como dice mi amigo Marcos, que los llorones que se quejan de que salir de Mallorca es muy difícil, que todo cuesta mucho, que necesitan ayudas, bla, bla, bla, deberían concentrarse en quejarse menos y enfocar mejor sus esfuerzos.
Así que anteayer, documentándome de nuevo para hablar del éxito de Papá Topo! en mi columna en El Mundo (coincidiendo con su concierto de ayer en el Cultura Club de Palma), recuperé un texto escrito con ocasión del concierto de debut del grupo, en la misma sala. Cuál no sería mi sorpresa cuando comprobé que, además de predecir el revuelo que ha causado, lo hice ¡en noviembre de 2008! No está mal para uno que siempre insiste en que lo importante no es llegar el primero a la noticia, sino hacerlo con rigor y fundamento.
Pues nada, hasta aquí el autobombo que me ha levantado de mi letargo vespertino. Y me despido con el lema de esta semana: ¡Scariolo, pírate!