lunes, octubre 30, 2006

Viniendo del aguacero andaluz (el sur es el nuevo norte: estuvimos toda la gira buscando nuevas aportaciones a la ecuación 'x is the new y'), el viernes en Barcelona amanecía tan radiante que lo aprovechamos paseando. Passeig de Gràcia para abajo, y hasta la Barceloneta, donde comimos con buenos amigos. Howese retiró pronto a descansar para el concierto, y yo me adelanté para preparar todo el montaje en la Pedrera. Allí estaba ya Jesús Ruiz, fan de toda la vida y miembro de la comunidad internacional de seguidores de Giant Sand (también vino después Alberto, otro fan de esos que se hacen cientos de kilómetros para ver a Howe).
El concierto de Barcelona fue fantástico. Howe estaba brillante, inspiradísimo en lo musical y acertado en los comentarios: fue antológico cuando se paró frente al micro, miró a las paredes de la sala, suspiró y dijo Gaudi... He just couldn't keep it straight. Vendimos un montón de discos y camisetas (casi se acabaron los que traíamos de Sevilla), y acabamos la noche charlando y bebiendo hasta muy tarde con Marta Ferré e Ignacio Julià.
Llegamos a Santander con resaca y mucho sueño, pero el día era de nuevo tan bonito que invitaba a pasar un rato junto al mar. El proceso después fue el mismo: Howe se retira a descansar, y yo me adelanto para prepararlo todo antes de su llegada al Conservatorio Jesús de Monasterio. El concierto volvió a ser buenísimo, con algunos momentos similares (nunca iguales, eso es imposible en el caso de Howe) a los de Barcelona: un breve apunte de "Some velvet morning", una preciosa versión de "Desperate kingdom of love" y, como en todos los conciertos de esta gira, la maravillosa "Spiral", una nueva canción -aún inédita- que parece salida del "Berlin" de Lou Reed.

viernes, octubre 27, 2006

Tras un concierto que fue de menos a más, en un auditorio con goteras (afuera estaba cayendo un diluvio), fuimos un rato al Lone Star, un bar que debería estar protegido por la ley en el centro de Huelva. De camino al hotel, paramos en la Bodega Acevedo para comer un delicioso rape a la plancha con judías.
El camino de regreso a Sevilla fue delicioso: escuchando en el coche las canciones de los próximos discos de Howe, con o sin Giant Sand (como siempre, Howe trabaja en un par de discos a la vez). Pero llegando a Sevilla, a la altura de Bormujos, el aguacero es el mayor que he visto en mi vida. Me veo obligado a conducir a treinta por hora, y aun así no veo nada a cinco metros del coche. En un momento dado tenemos que vadear una rotonda que se ha convertido en un lago, pero en un rato salimos del aprieto y seguimos adelante sin más problema. Bueno, sin más problema en mi caso: Howe no ha parado de hablar y de parecer tranquilísimo durante todo el camino.
Ya en el aeropuerto, adonde llegamos a tiempo contra todos los pronósticos, nos encontramos con mi amigo José Hevia (fotógrafo y melómano, mallorquín en Barcelona), y antes de entrar al avión charlo un rato también con Robert Grima.
Una vez en Barcelona, mientras Howe se da un baño descubro un bar familiar con un ambiente excelente y unas tapas riquísimas: el bar Mauri, en el Eixample, un rincón estancado en la década de los 50. Vuelvo a buscar a Howe y nos vamos a la 2 de Nitsa, a ver a Isan. Es un placer verles de nuevo, y más en un entorno tan propicio: la noche Suburban-lab, organizada por el sello Spark.
Esta noche hay concierto en La Pedrera, pero por el momento estamos disfrutando del día libre.

miércoles, octubre 25, 2006

A las seis menos diez de la mañana ha sonado el despertador. Comienza una nueva gira con Howe Gelb. Para cuando llego a la estación de Santa Justa, en Sevilla, ya hace un día de perros. Está lloviendo a cántaros y tengo que salir a la calle para recoger el coche de alquiler, así que decido comprar un paraguas para proteger al menos mi portátil. El señor que había delante se ha llevado el último paraguas plegable negro, y no me queda más remedio que comprar uno de esos de-señora-que-va-a-misa: pequeño, entre beige y dorado, con el mango redondo de madera lacada y un ribete de tela dorada bordeando la sombrilla. Endeble, además: salgo a la calle, y al primer golpe de viento las varillas se dan la vuelta. Por poco tiempo: momentáneamente ha parado de llover. El paraguas no me hacía tanta falta, después de todo. Vaya manera de desperdiciar diez euros. Pero necesitaba correr, porque Howe llega desde Tucson -vía Londres- en cualquier momento y aún he de recoger el coche.
Vuelve a llover torrencialmente mientras llego al aeropuerto. El vuelo de Howe acaba de aterrizar, y junto a mí hay una chica con un letrero que pone Kodwo Eshun. Supongo que viene al Womex, tengo una amiga alemana que llega al mediodía (por un momento pensamos que podríamos quedar para desayunar, pero no).
Tras los abrazos pertinentes y el bocadillo de tortilla de rigor, Howe me dice que no ha traído discos para vender, y que no estaría mal pasar por Green UFOs a buscar unos cuantos. Por otra parte, está agotado y no quiere liarse demasiado antes de llegar al hotel en Huelva y dormir un rato antes del concierto. Decidimos olvidarlo y llamamos directamente a Andy Jarman para que me explique cómo llegar adonde tenemos que reunirnos con él para recoger el amplificador que nos alquila para el concierto de esta noche. Una vez en el coche, y nuevamente con el agua cayendo a cubos, nos perdemos y acabamos rodando por el centro de Sevilla, sin saber muy bien dónde estamos. Más por instinto que por otra cosa, acabo recuperando el hilo y llegamos a Mairena del Aljarafe, donde habíamos quedado con Andy. Pero la gasolinera BP donde nos había citado no aparece por ningún lado. A cambio, aparco junto a una estación de Repsol y un McDonald's con una torre bien alta. Seguro que sabe dónde está esto.
Cuando llamo a Andy para decirle dónde estamos, me dice: ¡estáis al lado de Green UFOs! Llega Andy, metemos el ampli en el coche y cruzamos la calle. Efectivamente, estábamos a unos metros de la oficina de Green UFOs.
Ahora acabamos de llegar a Huelva, con discos para vender y un amplificador en el coche. Howe duerme y yo aprovecho la conexión wi-fi del hotel. We're on the road again.

lunes, octubre 23, 2006


Más material de V de Vivienda.


Imagen tomada de la web V de Vivienda.

domingo, octubre 22, 2006

Anoche vimos a Calexico en La Riviera. Hubo momentos memorables y otros más sonrojantes (y estos últimos no los proporcionaba sólo su amiga Amparo), pero la clase y el estilo de John Convertino disipan cualquier duda. Al acabar el concierto, Joey Burns comentaba cómo la noche anterior habían bailado todos en el autobús de gira, dándose golpes con el techo, y cómo pensaban liarla de nuevo esa noche, de camino a Barcelona, con su nueva invitada: Amparo Sánchez.
Hoy es el cumpleaños de Howe Gelb. Cincuenta años, y está hecho un chaval. Me acaba de enviar un correo electrónico: dice que esta noche pasada, a las cuatro y media de la madrugada (hora española), ha recibido una llamada telefónica de los Calexicos cantándole el Cumpleaños Feliz. Y yo no he podido evitar imaginarme a Amparanoia de fondo, cantándole también la tonadilla.

jueves, octubre 19, 2006

No es la primera vez que cito aquí a Paul Morley, y es posible que no sea la última. El pasado domingo, en la edición del Observer Music Monthly editada por Jarvis Cocker -el Observer hace estos encargos de vez en cuando; y, como en el programa televisivo Carta Blanca, la idea puede resultar brillante o vergonzosa dependiendo de la calidad y de la inspiración del invitado- se publicó la transcripción de una charla, bastante anodina por cierto, entre varios nombres destacados del mundillo que incluían a Morley junto a Nick Cave, Antony, Beth Orton y el propio Jarvis, entre otros.
Perdida entre la maraña de obviedades, soserías o simples tonterías que se soltaron, Paul Morley dejó caer un comentario que, aunque elitista, no deja de parecerme atinado:
La gente está empezando a coleccionar música del mismo modo que colecciona sellos. Gente que no estaba verdaderamente interesada en la música se preocupa ahora por saber si tiene más de quince mil canciones (en el iPod)...
La música como simple artículo de consumo, producto de usar y tirar. Aunque eso no es sólo producto de nuestro tiempo, es posible que su impacto se acentúe en la era de los politonos y las descargas (legales o ilegales). Hoy me bajo de una tacada toda la discografía de Fulano, y pasado la borro para recuperar espacio en el disco duro. Lo que enlaza con otro comentario con enjundia (y que en este caso peca de nostálgico y un punto pureta, pero como me identifico con él, pues ahí queda), en este caso de Nick Cave:
Cuando yo era un chaval no había información sobre la música. Conseguías un disco con una portada, y no sabías casi nada sobre el grupo. Ponías el disco y te quedabas mirando la portada, y esa era prácticamente toda la información que tenías, y esa gente se convertían en héroes para ti. Eran gente misteriosa, heroica. Internet y todo lo demás se han llevado consigo una parte eso.
Puede que no sea más que la impotencia de ver que se hacen mayores y no entienden las nuevas formas de relacionarse y vivir el ocio y la cultura. O puede que no acepten, al menos en el caso de Morley, que su tesoro ya no sea un patrimonio exclusivo e inalcanzable para la mayoría de la gente. Pero que su tiempo -que es el nuestro- quedó atrás, está más claro que el agua. Ante nosotros se va abriendo una nueva era, con todo lo de excitante y atemorizante, esperanzador e inquietante que tienen las puertas que se abren hacia lo desconocido (hay que ver qué Iker Jiménez me ha quedado esto último).

viernes, octubre 13, 2006

Hemos acabado de grabar las bases (y el piano, que en Cinearte tenían un Steinway). Ahora toca semanita de descanso y le toca a Jonston ponerse con guitarras y voces, y luego ya meteremos el resto de chorraditas (a mí me tocan percusiones varias y sintetizadores). En el apartado de agradecimientos, por el momento, entran Carlos Torero, Susa, Rodrigo de Cohete y Alberto de PAL, además, por supuestísimo, de Fino y Cris. Muchas gracias a todos, seguiremos informando.

martes, octubre 10, 2006

Ayer comenzó por fin la grabación del disco de Jonston. Estamos grabando en Cinearte, en la mesa donde Almodóvar mezcla sus películas. El recinto donde está el estudio es enorme, con multitud de salas para mezclas, doblajes, proyecciones... Nada más entrar al estudio para descargar amplificadores, guitarras, bajos, tambores y aparatos varios, entró tras nosotros María Adánez para hacer un doblaje (en mi línea, la chica me sonaba de algo hasta que me di cuenta de quien era y dejé de mirarla insistentemente).
Esto de grabar oscila entre la excitación máxima y el aburrimiento mortal. Afortunadamente, por el momento estamos más en la primera situación, aunque ayer hubo buenas dosis de la segunda. En todo caso, va a quedar un disco fabuloso, a pesar de las gambas del batería.
Por cierto, mi primer momento estelar fue cuando grabamos las guías de la primera canción: desde la mesa pensaban que, cuando quitaban la claqueta para bajo y guitarra, no me la quitaban a mí. Pero sí me la quitaban, y me quedaba sin metrónomo para seguir un ritmo constante. Lo bueno era que, cuando volvían a poner la claqueta en las paradas para que los demás supieran dónde entrar de nuevo (y por lo tanto me la volvían a poner a mí también), ¡yo seguía manteniendo el mismo ritmo del inicio! Metronomic Man, me lo dicen antes y no me lo creo...

jueves, octubre 05, 2006

Como dice Miguel, no es nostalgia, es memoria.
Este prodigio del diseño a lo Juanjo Sáez lo acaba de colgar Julio en su blog, y corresponde a un exitoso concierto -¡casi trescientas personas!- de verano del 93, si no recuerdo mal. No hace mucho estuve viendo las imágenes del concierto con Tuyi, que las ha recuperado de entre los montones de cintas que guarda en sus estanterías. ¡Estamos todas de un arqueológico!



Exlicaré lo del tiquet de compra anticipada para quien no conozca la historia: queríamos grabar y editar un single, pero no teníamos dinero. Nada nuevo, es la historia del 90% de los grupos. Pero iba mucha gente a nuestros conciertos, así que pensamos que algo de público tendríamos. Inspirándonos directamente en el sistema recaudatorio que utilizó Munster para editar el segundo volumen de la serie Munster Dance Hall Favourites, fuimos a una imprenta amiga, hicimos unos bonos y nos dedicamos a vender el disco por anticipado, con el compromiso de entregar el single acabado al cabo de un tiempo, en un concierto. En el ínterin, por cierto, fichamos por Elefant Records, que finalmente editó el disco con la condición de darnos un número de copias para canjearlas por los bonos (en el citado concierto). Obviamente, la venta anticipada derivó entre el apoyo de los "fans" y una especie de rifa de viaje de estudios, con amigos y familiares comprando los bonos a pares. Pero el caso es que sacamos el disco, que era de lo que se trataba.
Por cierto, Iñigo Munster compró un bono, que luego no me quiso devolver porque quería guardarlo dentro de la carpeta del single. ¡Fetichista!

miércoles, octubre 04, 2006

Molly Neuman tocaba en Bratmobile, y fue fundadora del sello Lookout!. Ahora tiene un nuevo sello, Simple Social Graces Discos, y además de recuperar a Ted Leo de Lookout! se ha currado un catálogo con algunos de los mejores grupos de cuantos hay últimamente en España, una pequeña familia con grandes miras y enormes posibilidades, cada uno en su rollo particular: Les Aus, Delorean, Campamento Ñec Ñec y Grabba Grabba Tape. Todos buenísimos (aunque sigo sin haber visto en directo aún a los peluches, se me escapan cada vez).
Muy muy muy recomendado, sobre todo si piensas que ya no haya nada nuevo, que está todo inventado y todas esas chorradas.

domingo, octubre 01, 2006

Prometo que no me he puesto nostálgico, pero el otro día mi amigo Pedro, a cuento del anuncio de la separación de Sexy Sadie, subió a su blog esta imagen:



Una página del fanzine La Parturienta, en aquellos años en los que, como dice Albert Herranz (otro ilustre colaborador del fanzine) todo era la leche. La página en cuestión era la crónica de la fiesta de presentación de uno de los números del fanzine: un concierto en el desaparecido club de jazz L'Havanna, cuyos protagonistas fueron Sexy Sadie y Demonio Sánchez. En la foto estamos en la puerta de L'Havanna: Muí (a la sazón flautista de La Fosca), Pedro himself con la que con el tiempo sería su mujer y madre de Tomeuet Trotz, y un servidor con veinte añitos escasos, con melena al viento y sin gafas... ¡porque se me habían roto unos días antes saltando desde el escenario en el concierto de Sex Museum en Zatropeck! Efectivamente, como dice Alberto, todo era la leche.