domingo, febrero 27, 2005

Estaba escuchando Acid, de Ray Barretto. Un gran disco para animar un domingo por la mañana. Al llegar a A deeper shade of soul, me concentré en la línea de piano, un dibujo contagioso que se repite hasta la saciedad y hace que te pierdas en su ritmo sabroso. Al abstraer esa línea de piano del resto de instrumentos (deformación de amateur), descubrí algo que me había pasado absolutamente desapercibido a pesar de los cientos de escuchas anteriores: en su eterna letanía rítmica, el pianista ¡comete un error! Ataca una nota falsa, para inmediatamente regresar a la armonía del conjunto. Esto, que parece una tontería, me hizo una ilusión tremenda. No por descubrir un error ajeno, sino por justificar los propios, claro. ¿Por qué no iba yo a cometer mis errores, si el mismísimo Louis Cruz también los cometía, y en sesiones de grabación que quedaban para la posteridad? Es más, ese ínfimo error (que me costó años percibir) confirma la teoría de que lo importante es la atmósfera, el sentimiento, la frescura y la espontaneidad que pueda transmitir la grabación, o el directo, a pesar de los posibles errores que sólo un oído avezado o especialmente atento puede notar. Y a fe que A deeper shade of soul no pierde un ápice de su fascinante calidad por ese pequeño error.
No es la primera vez que me pasa: Paul McCartney tiene también sus pifias en los primeros discos de los Beatles. Pero es que uno es pianista, y el disco de Barretto ha sido de siempre un favorito. Qué ilusión, Louis Cruz cometiendo un fallo.

jueves, febrero 24, 2005

Ayer grabé mi primer programa para IB3, la nueva emisora autonómica de Balears que se inaugura el martes, y el lunes grabaré el segundo. Los programas se emitirán el jueves 3 (mientras yo estoy en Bilbao con Howe) y el jueves 10 (en Cádiz con mr. Gelb again). La gira de Howe comienza ya el lunes, cuando llegue a Madrid y pasemos unas horas en el aeropuerto, él con jet lag y yo con mi sueño matinal estándar, antes de viajar a Mallorca para el primer concierto. Hoy he practicado un poco para esa mañana que me espera en Barajas: hemos tenido cinco horas de retraso en Son Sant Joan. Suerte que llevaba el portátil y he podido escribir mi artículo de hoy sin problema.
He pedido hoteles con teléfono en la habitación, para poder trabajar durante la gira. Con un poco de suerte publico aquí un diario de gira. Veremos.

jueves, febrero 17, 2005

Actualizar por actualizar, porque si no luego me dice la gente que están hartos de verme tocando el vibráfono en la tele y de leer la misma tontería cada vez que entran aquí. Pon cualquier otra tontería, dicen. Pues aquí la tenéis.
Mientras espero para saber si voy o no a Japón este año, he viajado del incendio del Windsor (había cenizas en la terraza de casa) al susto de Santa Eulàlia: se cayó el pararrayos y una aguja de la iglesia, y el lunes no me dejaban entrar en casa. Querían realojarme en un hostal bastante sórdido, pero por suerte uno tiene amigos a quienes recurrir en estos casos. Y por lo menos pude consolarme viendo en directo a Erin McKeown: igual de pizpireta pero menos seductora que en los discos.
Ayer estuve viendo a Destroyer, más rockero y con menos matices que en disco, pero intenso y disfrutable, sobre todo porque su banda de directo es el trío Frog Eyes (que también hicieron de teloneros), donde cada uno es un personaje: el cantante desde luego, tartamudeando y susurrando las letras como si fuera un pervertido ideado por Todd Solondz; pero también la batería, con una forma de tocar única y muy efectiva, y el teclista, que cantaba en falsete y tenía las muñecas más veloces que he visto en mucho tiempo.
Antes de entrar a Siroco vimos a Roberto de Garzón, y hoy he escuchado de nuevo su maqueta, que van a editar conjuntamente Yoyó y Grabaciones en el Mar. Una delicia de indie-pop que recuerda tanto a los Feelies como a The Wedding Present y a los B-52's.
Mañana tocan GvsB, y pasado RTX. No, no estoy siendo críptico: Girls Against Boys y (parte de) Royal Trux, se llaman. Pero se escriben así.
Y esta noche toca Fermin Muguruza en LDNM (Ladinamo: qué manía con esto de los acrósticos), en un concierto sorpresa y sin anunciar, pero me está entrando una pereza...

lunes, febrero 07, 2005

El sábado debuté con Jonston, parecíamos una versión teleñeca de Jonathan Richman. Hay fotos por algunas páginas del internet.
Fue en una fiesta benefit para recaudar fondos para el próximo Ladyfest hispano, donde estamos metidos hasta el cuello con orgullo y ganas de hacer ruido.
El viernes volvemos a tocar, teloneando a un grupo que no conozco ni sé cómo se llama.

viernes, febrero 04, 2005

Suecia me persigue. Ayer entrevisté a Mando Diao, jovenzuelos arrogantes que afirman ser mejores que los Beatles y que dicen que a partir de los treinta ya no vales para el rock'n'roll. Angelitos. Acabo de ver a The Radio Dept., que también han intentado recordarme que la semana que viene cumplo años, a base de resucitar sonidos tan recientes como los de Slowdive, Boo Radleys o The House of Love. Es demasiado pronto como para iniciar ese revival, chavales. Volved dentro de diez años. Y hace una semana que todo el mundo me dice que vuelven a poner a todas horas el anuncio de IKEA. Ay, si me pagaran royalties cada vez que sale. Pero se hacen los suecos, los muy puñeteros.